Publicado: martes, 02 de junio de 2015
El sector asegurador ha atendido a 9,2 millones de víctimas de accidentes de tráfico desde la creación, hace ahora 20 años, del baremo de automóviles. Esta es una de las conclusiones que arroja la Memoria social del seguro 2014, que UNESPA ha presentado hoy.
El principal colectivo de víctimas está formado por las personas que sufrieron secuelas permanentes a raíz de un siniestro. Constituyen el 36,6% de los casos. Es importante matizar que la mayor parte de estas secuelas fueron de poca gravedad. Le siguen, por peso, aquellas personas que se vieron implicadas en algún accidente pero que, aunque no padecieron secuelas, sí tuvieron que pasar un tiempo de baja hasta que se recuperaron. Este tipo de lesionados representa el 32,3% del conjunto. Entre tanto, quiénes sólo requirieron asistencia sanitaria y no vieron interrumpida su actividad cotidiana ascendieron al 29% del total de víctimas. El 2% restante lo constituyen las personas que perdieron a un familiar en un accidente de circulación.
Un repaso a las personas atendidas a raíz del fallecimiento de un ser querido da cuenta de que, de los cerca de 200.000 indemnizados, unos 110.000 lo fueron por ser hijos del difunto. De estos, 23.000 eran menores de edad en el momento del óbito de sus progenitores. Entre tanto, 64.415 fueron indemnizados por ser padres de la persona malograda en el accidente. El cuadro de afectados lo completan los cónyuges (29.333), los hermanos (20.613) y los abuelos (991).
Los datos reunidos por UNESPA en la Memoria social del seguro 2014 dejan constancia de la mella que han hecho los accidentes de tráfico entre los jóvenes en las últimas dos décadas. Llama la atención que la mitad de las personas que quedaron con secuelas tras un siniestro de circulación tenían entre 18 y 35 años en el momento del suceso. O dicho en otros términos, 1,7 millones de los 3,4 millones de lesionados con secuelas eran jóvenes. El peso de esta cohorte de edad en el análisis de gente que ha sufrido secuelas graves o muy graves es, igualmente, mayor del que corresponde si se compara su relevancia dentro de la población general.
Heridos graves: ¿Iban en vehículos o eran peatones?
Un repaso a los lesionados graves en accidentes de tráfico muestra que el 46% de los afectados viajaba en turismos. Otro 30% eran peatones y un 20% empleaba otro tipo de vehículos (furgonetas, camiones, autobuses…). Por último, un 4% de los grandes lesionados se desplazaba en un vehículo de dos ruedas (moto, scooter o ciclomotor).
La impronta de los accidentes más graves también varía de una zona a otra. Las regiones que sufren una mayor cantidad de lesionados con secuelas cada año son Andalucía y Cataluña. Estas comunidades autónomas destacan porque en los periodos vacacionales reciben fuertes aportaciones de población. Además, son territorios extensos y esto provoca que ahí sean frecuentes los desplazamientos interurbanos. Castilla y León es una región que, si bien no está en los puestos de cabeza de siniestralidad en cifras absolutas, sí presencia una cantidad relativa de accidentes con lesionados graves superior de la que le corresponde en base a su censo. Al igual que en los casos de Andalucía y Cataluña, esto es el resultado de un mayor número de desplazamientos interurbanos fruto de la dispersión de la población entre varios núcleos urbanos de tamaño medio.
(Información facilitada en comunicado para la Prensa por UNESPA).