Publicado: viernes, 12 de diciembre de 2014
El embajador del Japón en España, Kazuhiko Koshikawa, acompañado de su esposa y junto a un grupo de ciudadanos japoneses, ha rendido tributo esta mañana en el cementerio de la Almudena de Madrid a 38 de sus compatriotas que perecieron en dos graves accidentes ocurridos en Madrid en 1983 y 1985.
El sencillo y emotivo acto se ha realizado en el jardín que hay frente al crematorio de la Almudena en el que, rodeada por tres cerezos, hay una placa con los nombres de los ciudadanos japoneses fallecidos.
El acto se ha celebrado, concretamente, para recordar a las 34 víctimas mortales del accidente que se produjo en el aeropuerto de Barajas el 7 de diciembre de 1983, cuando chocaron en la pista dos aviones. El actual embajador ha manifestado que poco antes de aquel fatídico accidente había prestado sus servicios en la embajada de Madrid y ha contado como su gobierno decidió homenajear a sus fallecidos con esta placa y la plantación de tres cerezos.
Hoy, 31 años después, ha podido comprobar cómo los cerezos aquellos ya se han hecho adultos y gozan de buena salud.
En el accidente de aquel 7 de diciembre de 1983 se registraron 93 muertos y 42 supervivientes, 31 de ellos heridos, al colisionar en la pista de despegue del aeropuerto de Barajas un Boeing 727 de Iberia y un DC-9 de Aviaco. Este último avión quedó prácticamente desintegrado y sus 42 ocupantes perecieron en el acto. El accidente se produjo debido a que el DC-9 se equivocó de pista, a causa de la niebla, y se introdujo en la de despegue, por la que rodaba el avión de Iberia. Los 34 ciudadanos japoneses viajaban en el vuelo IB350 de Iberia con destino el aeropuerto de Roma-Fiumicino, algunos de ellos en viaje de bodas.