viernes, 19 de abril de 2024
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Revista Adiós

Cenizas de la Duquesa de Alba quedarán en la iglesia que ella misma financió y en el panteón de Loeches

Publicado: jueves, 20 de noviembre de 2014

Los restos mortales de la XVIII duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, fallecida hoy en Sevilla, serán incinerados mañana, tras el funeral que se oficiará en la catedral hispalense, en el cementerio de San Fernando y después sus cenizas serán llevadas por sus familiares a la iglesia del Cristo de los Gitanos, del que era muy devota.
Fernando Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba, ha confirmado que los restos mortales de su madre reposarán, una vez incinerados, entre el santuario del Cristo de los Gitanos en Sevilla y el panteón familiar en la localidad madrileña de Loeches, “puesto que allí reposan sus dos maridos anteriores y sus antepasados".
 La misa funeral la oficiará a las doce de la mañana en la catedral de Sevilla el cardenal arzobispo emérito hispalense Carlos Amigo Vallejo.
Una hora antes se cerrará la capilla ardiente instalada en el ayuntamiento de Sevilla, desde donde saldrá el cortejo hacia la catedral, distante varios centenares de metros.
Tras las exequias, los resto mortales de la aristócrata serán llevados al cementerio de San Fernando (en la zona norte de Sevilla), donde serán incinerados en la estricta intimidad, según las mismas fuentes.
Después, siempre en la intimidad, las cenizas serán entregadas a la familia, que las llevará directamente a la iglesia del Cristo de los Gitanos, no muy lejana del palacio de las Dueñas, la que fue su residencia sevillana y donde ha fallecido hoy.
Las cenizas se depositarán bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad de la que era muy fervorosa.
El templo de los Gitanos, ubicado en la calle Verónica, en pleno casco antiguo de Sevilla, fue financiado por la duquesa fallecida, desde siempre muy unida a este famoso Cristo sevillano.
Todas las madrugadas del Jueves Santo, cuando sale en procesión por las calles de Sevilla, el Cristo de los Gitanos pasa por delante del palacio de la Dueñas y salvo en contadísimas excepciones, la Duquesa fallecida siempre salía a recibirlo, le colocaba un ramo de flores y se cantaba una saeta. Después proseguía la procesión.
En la iglesia de los Gitanos hay un manto donando por la duquesa fallecida con el escudo del ducado de Alba.
La hermandad del Cristo de los Gitanos, a lo largo de su historia ha llevado una vida "nómada", alojándose en diferentes iglesias sevillanas, hasta que la duquesa de Alba financió el templo actual. En la capilla ardiente ha sido colocado junto al féretro un cuadro del Cristo de los Gitanos y otro de la Virgen de las Angustias, también de la hermandad.