Publicado: domingo, 13 de julio de 2014
Un sarcófago de piedra caliza datado a finales del siglo XI y perteneciente a la dinastía real aragonesa se exhibe desde ayer en el Museo de Huesca, después de ser recuperado en una subasta pública y sometido a un complejo proceso de restauración que se ha prolongado por espacio de dos años.
Esta obra, considerada por los expertos una “obra cumbre del románico funerario” procede del panteón real del monasterio de Santa Cruz de la Serós (Huesca), albergó el sepulcro de Doña Sancha, hija del rey Ramiro I y fallecida en el año 1096, según el director general de Patrimonio del Gobierno aragonés, Javier Callizo, que ha celebrado la recuperación de una "pieza importante" del patrimonio cultural de la Comunidad.
El Gobierno aragonés fue informado en 2011 de su inminente venta en una subasta pública, por lo que decidió ejercer derecho de tanteo a través del Ministerio de Cultura, que adquirió la pieza por 65.000 euros. La localización y adquisición de la pieza se produjo tras un "rocambolesco" proceso que se inició en los años cuarenta del pasado siglo, con la venta de la pieza por la congregación de monjas que habitaba en Santa Cruz de la Serós.
Domingo Buesa, director de un curso sobre la Catedral de Jaca que ha servido de marco esta semana a un seminario científico más específico sobre el denominado sarcófago de Doña Sancha, hija del rey Ramiro, aseguró en esas jornadas que Doña Sancha dedicó su vida, una vez viuda, al cuidado y crianza de los hijos de su hermano, el rey Sancho Ramírez, y entre ellos al futuro monarca aragonés Pedro I. También ayudó a europeizar Aragón vinculándolo al Papado y contrarrestando la oposición de nobles y abades.
Al parecer, según cuenta Efe que se dijo en el seminario, “en reconocimiento a su labor, el rey Pedro I ordenó construir a su muerte un sarcófago con relieves escultóricos que rinden homenaje a la dinastía de Ramiro I.
El sepulcro está decorado con tres medallones con una pareja de grifos (monstruos del bestiario medieval) enfrentados en cada uno de ellos, una iconografía desarrollada en los centros religiosos franceses de Toulouse y Moissac y visible también en el monasterio de San Juan de la Peña.
La directora del Museo Diocesano de Jaca, Belén Luque, ha explicado también en el seminario que la cara central del sarcófago muestra el alma de Doña Sancha izada al cielo por dos ángeles, mientras que en los laterales aparecen tres dignatarios eclesiásticos (izquierda) y las tres hijas del rey Ramiro I (derecha). La parte posterior muestra una imagen de unos caballeros en lucha, con representaciones de animales.
Sin embargo, el profesor Antonio García Omedes, responsable de la web romanicoaragonés.com, aseguró en el mismo seminario que la parte del frontal que muestra el relieve de tres dignatarios eclesiásticos es una imagen del funeral de la condesa. Y que la parte posterior es una representación metafórica del comienzo de una expansión territorial que continuó en los siglos siguientes y que propició más tarde la creación de la Corona de Aragón.
Los restos de Doña Sancha, muerta en 1097, fueron depositados en el sarcófago y guardados en el monasterio benedictino de Santa Cruz de la Serós, del que fue abadesa desde 1070. El sarcófago fue trasladado en el año 1662, seis siglos después, hasta su actual ubicación en Jaca.
También se anunció en el citado seminario de que se han analizado restos de ADN de los restos hallados en el interior del sarcófago. La profesora Begoña García Lejarreta de la cátedra de medicina legal de la Universidad de Zaragoza, que los ha analizado aseguró que se encontraron los de Doña Sancha y los de sus hermanas Urraca y Teresa, que correspondían a personas altas y con problemas de artrosis.
+ Información
http://es.wikipedia.org/wiki/Sancha_de_Arag%C3%B3n
http://www.romanicoaragones.com/colaboraciones/Colaboraciones043819SantaCruzSerosSarcofago.htm