lunes, 13 de octubre de 2025
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Revista Adiós

¿Se enterraban los guanches con sus animales para que los acompañarán al otro mundo?

Publicado: sábado, 14 de junio de 2014



El jueves pasado la investigadora Mercedes Martín Oval (Instituto Canario de Bioantropología) en el Museo de la Naturalez y el Hombre de Tenerife la charla “Los animales en época guanche: del cronista al investigador actual”. Durante su intervención, enmarcada en el ciclo “Evolución…algo más que Darwin”. V Edición Detectives de la Naturaleza, habló de la presencia de restos correspondientes a animales en los yacimientos arqueológicos guanches y que, según la investigadora, “resulta muy importante para comprender la economía, los aspectos culturales e incluso tecnológicos de las poblaciones del pasado en las islas. Todo esto puede ayudar a cambiar el conocimiento que se tiene de los animales en las primeras épocas de poblamiento del archipiélago porque los avances tecnológicos y metodológicos hacen que los investigadores se planteen nuevas cuestiones”, resaltó Mercedes Martín.
La investigadora dijo, según sus estudios, que han aparecido ejemplares de animales en yacimientos de habitación y de enterramiento pero han sido poco estudiados porque en la investigación arqueológica ha "primado" el guanche, el ser humano y su cultura material.
En el caso de los animales aparecidos en yacimientos de enterramiento se consideran "ofrendas funerarias", pues incluso un perro momificado encontrado en el Llano de Maja en Las Cañadas del Teide se ha interpretado como un "animal-guía" para el fallecido.
Sin embargo, es el único can momificado que se ha hallado y en principio este proceso parece que ha sido de origen natural, pues junto a él se hallaron otros dos cráneos de perro sin ningún tipo de momificación.
En una entrevista que la investigadora mantuvo con Efe antes de su intervención aseguró que también han aparecido restos de perros en yacimientos de habitación y en principio nada sugiere que los primitivos pobladores de las islas se los comiesen.
Aunque no hay pruebas contundentes de esta práctica en Canarias, tampoco sería de extrañar porque en el norte de África se come perro en prácticas rituales y en época de escasez.
De lo que sí hay certeza es de las llamadas "marcas de carnicería" en huesos de lagartos gigantes y ratas fósiles, y de ellas deduce la investigadora Victoria Alberto que formaron parte de la dieta de los aborígenes, y este podría ser uno de los motivos que explicasen la extinción de estas especies o al menos, de su disminución.
La arqueología canaria empezó a aplicar tecnologías más avanzadas a partir de los años 70 del siglo XX y entonces surgió la necesidad de estudiar "de una forma distinta" también a los animales encontrados en los distintos yacimientos y en los vestigios de una industria basada en huesos y pieles de animales, con punzones y pieles con las que se envolvían las momias.
Mercedes Martín Oval también precisa que a mitad de la década de los 80 del pasado siglo se crean grupos formados por biólogos y paleontólogos que se incorporan a la arqueozoología, el estudio de los animales del pasado relacionados con el hombre, tanto en Tenerife, en el Museo de Ciencias Naturales, como en Gran Canaria.
Actualmente los investigadores del Museo Arqueológico de Tenerife, Instituto Canario de Bioantropología, Universidad de La Laguna y Universidad de Granada estudian los parásitos animales detectados en restos guanches, en los que se han encontrado lombrices intestinales en algunas muestras analizadas.
Martín Oval, que precisa que la primera tesis elaborada sobre el ganado en la época se debe al arqueólogo palmero Jorge Pais, explica además que según los estudios genéticos preliminares realizados por J. Capote, hay bastante proximidad entre el ADN del ejemplar de cabra aborigen depositado en el Museo Canario y los del actual ganado caprino de La Palma, y se continúan los estudios genéticos de cabras y cerdos.
En el caso de la oveja pelibuey, su morfología coincide con la descripción de los cronistas de la oveja sin lana y con pelo, relacionada con las ovejas más antiguas del norte de África. Igualmente otros investigadores analizan peces y aves que confirman o contradicen los relatos de los cronistas de la Conquista.
De la importancia de la arqueozoología da muestra el hecho de que un resto ovicaprino aparecido en el barranco de la Monja en Fuerteventura ha suscitado la discusión sobre si el poblamiento de las islas pudo haber sido más antiguo de lo que se plantea.