Publicado: martes, 28 de enero de 2014
Isabel la Católica ordenó envenenar a su hermano el rey Enrique IV para acelerar su ascenso al trono », según un artículo que parece publicado en el última edición de la rehista “La Aventura de la historia” y que especifica que «por cobdicia desordenada de reynar», junto a Fernando de Aragón, quienes «acordaron, e trataron ellos, e otros por ellos, e fueron e fabla e consejo de lo facen dar (…) ponçoña de que después falleció
En el texto firmado por Julio Martín Alarcón explica que se trata de una denuncia que ha aparecido en un olvidado Manifiesto de 1475 firmado por Juana de Castilla, “hija y heredera del rey, más conocida como la Beltraneja por sus detractores. Un apodo despectivo de la época, perpetuado hasta hoy, que la calificaba de ilegítima, apuntando a Beltrán de la Cueva, noble y favorito de Enrique, como su verdadero padre. La propaganda de los Reyes Católicos logró que pasara a la historia como hija ilegítima de Enrique IV”.
La información también dice que la experta en Historia Medieval María Jesús Fuente ha sido la última que ha analizado “ahora una copia ignorada del Manifiesto de Juana aparecido en la Universidad de Harvard en el que denuncia las manipulaciones y crímenes de su tía”. En la revista, también hay otro artículo del historiador Oscar Villarroel en el que se estudia la propaganda política del periodo.
En el artículo también se dice que “el Manifiesto es un documento de gran interés, un testimonio excepcional que aporta una mirada “incorrecta” a la triunfante Isabel: la asigna atributos y conductas muy poco loables, la señala como culpable de muchos de los males del reino, la acusa de instigadora de la muerte por envenenamiento de su propio hermano, el rey Enrique IV, es decir, aporta rasgos que pueden contribuir a trazar una figura más acertada de la reina Isabel, aunque menos idílica de la divulgada”.
Por otro lado, en la web de l"La Aventura de la historia", en el apartado de comentarios a esta información hay algunas personas que confirman que no es una historia desconocida. Así, por ejemplo, una entrada firmada por María García Buendía afirmaba el pasado 25 de enero: “Esta es la tesis que defiende Gregorio Marañón en su libro Enrique IV de Castilla, editado por Alianza editorial”.
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