Publicado: sábado, 19 de octubre de 2013
La periodista mexicana Martha Patricia Giovine ha recogido en el libro "El Protocolo de la Muerte" los casos de reos hispanos condenados a muerte en Texas, sus procesos judiciales y el dolor de las familias de las víctimas y de las de los propios presos.
Giovine, quien ha cubierto desde 1993 las ejecuciones y procesos judiciales del llamado Pabellón de la Muerte, explicó a Claudia Solis para la agencia Efe que tomó el titulo de su libro, que salió esta semana al mercado bajo la editorial Palibrio, de lo que las autoridades penitenciarias denominan como "protocolo" que lleva a una ejecución.
"La idea de escribir surge a partir de mi acercamiento al caso del mexicano César Fierro y su familia, quien lleva ya 33 años en prisión y ha estado en 15 ocasiones a punto de ser ejecutado", señaló la periodista residente en El Paso. Fierro fue condenado a muerte en 1979 por el asesinato en El Paso del taxista Nicolás Castañón.
El caso de Fierro, dijo Giovine, "es uno de los más sintomáticos de la pena de muerte en Texas. La investigación que se llevó a cabo cuando lo detuvieron fue más que cuestionable y es poco comprensible por qué nunca se ha reabierto, aun cuando un juez en 1995 dijo que debería ser juzgado nuevamente porque encontraba irregularidades tanto la investigación como en el juicio, pero luego una Corte de Apelaciones lo negó".
Giovine afirmó que gracias a su trabajo como reportera en Texas conoció la situación de estos condenados a muerte "y su indefensión dentro de un sistema completamente desconocido para ellos y que los supera".
La periodista ha sido colaboradora de publicaciones de su país como La Jornada, Proceso o el Diario de Juárez y también ha trabajado con medios en Estados Unidos como La Opinión de Los Ángeles, El Diario de El Paso y para las agencias de noticias France Press, Reuters y Efe, para la cual colabora actualmente. Agregó que los condenados a muerte en el estado texano "están aislados en pequeñas celdas y no tienen comunicación con otro ser humano ni contacto con el mundo exterior, solo salen una hora al día para hacer ejercicio y están absolutamente solos esperando su ejecución".
Una muerte que a veces no llega, como en el caso de Fierro, que ha empezado a perder la razón, o que ocurre después de conocerse que se había ejecutado al hombre equivocado, "como fue el caso de Rubén Cantú, que tras más de una década, testigos dijeron que él no estuvo en el lugar del crimen, pero ya había sido ejecutado".
"Mi intención con este libro es dar a conocer la situación de estos hispanos que están en el Pabellón de la Muerte, porque, así como las familias de las víctimas tienen el derecho de que se haga justicia, los condenados tiene también el derecho de tener todas las herramientas para pelear sus casos y contar con la asesoría de sus gobiernos", señaló.
La periodista destacó que la acción de México respecto a los condenados era muy limitada hasta 2003, año en el que el país vecino demandó a Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para que respete el tratado que suscribió en 1963 sobre el derecho a la notificación consular. El CIJ, en el llamado Fallo Avena, determinó en 2004 que Estados Unidos debía revisar el caso de José Ernesto Medellín y 51 mexicanos condenados a muerte.
"Todos los estados acataron ese fallo excepto Texas que procede con la ejecución de Medellín -que la periodista presenció- y luego la de Humberto Leal", dijo Giovine sobre la situación en este estado, en el que hay trece mexicanos y siete de centro y sudamérica condenados a ser ejecutados por inyección letal.
Tras esta experiencia, Giovine concluyó que lo que más le ha impactado de todos estos años "es estar cerca de las familias de las víctimas, pero también de las de los condenados, porque esas familias no cometieron un crimen y terminan siendo unas víctimas".
Reseña de la editorial
En el estado de Texas hay 13 nacionales de México y siete más de Centro y Sud América, condenados a ser ejecutados por inyección letal. Son hombres que habitan en el “Pabellón de la Muerte” frente a un sistema penal que les es ajeno, aislados en pequeñas celdas de concreto, absolutamente solos con sus pensamientos, con sus miedos, anticipando el momento en el que serán escoltados a su muerte. Uno de ellos, el mexicano Cesar Fierro, sentenciado a la pena capital tras una investigación más que cuestionable, cumple ya 33 años en esta prisión, y con ya 15 ocasiones a punto de ser ejecutado, ha comenzado a perder la razón. Una obra basada en hechos reales, recopilada a través de una investigación de años, que pone en evidencia el incumplimiento de Estados Unidos con tratados internacionales; el contubernio entre las fuerzas policiacas de México y Estados Unidos en la frontera, y sobre todo el protocolo con que Texas lleva a cabo la ejecución de sus nacionales y extranjeros. La autora comparte testimonios escritos de puño y letra de estos reos condenados a enfrentar día a día la sombra de su muerte.