Publicado: martes, 02 de diciembre de 2025
La exposición ‘Animales de Ultratumba. Diálogos entre la mitología íbera y el imaginario mediterráneo clásico’ muestra en el Museo Íbero de Jaén la identidad y el más allá de los íberos a través de sus animales mitológicos, informa Ginés Donaire en Efe.
La muestra presenta la fascinación de este pueblo por grifos, sirenas, esfinges, leones y lobos y recoge a través de los seres mitológicos de esta cultura, “cómo las elites íberas afrontaban la muerte, el prestigio y la identidad”, explicó el pasado viernes la directora del Museo Ibero, Concepción Choclán. “Los animales que protegían a los vivos también custodiaban a los muertos. Algunos existieron, como los lobos, otros nacieron de la mezcla de culturas y creencias, como sirenas y grifos. Pero todos hablan del viaje al más allá”, según ha destacado la directora general de Museos y Conjuntos Culturales, Aurora Villalobos, durante la inauguración de la muestra.
La exposición, que se podrá disfrutar en el museo los próximos seis meses, revela cómo los pueblos íberos crearon su mitología a través de su entorno más próximo, pero también compartiendo, reinterpretando y resignificando motivos animales de las grandes corrientes culturales del Mediterráneo, impulsadas por fenicios y griegos. En sus esculturas -especialmente, en contextos funerarios-, los animales reales (leones, lobos) conviven con seres híbridos y fantásticos (sirenas, arpías, esfinges, grifos…), que actúan como guardianes del más allá, marcadores de estatus y mediadores simbólicos entre mundos. Para ello, la muestra presenta piezas como esculturas, entre las que figuran las de un león funerario y la grifomaquia, de los yacimientos arqueológicos del Cerro de los Molinillos y de Cerrillo Blanco, respectivamente.
También de este último yacimiento provienen una cabeza de león y una escultura de ave, que se exhiben junto a piezas como un disco de la Edad del Hierro, la placa de un cinturón con un grifo, un anillo y figuras zoomorfas de época romana, entre otras. La exposición “propone así un recorrido desde lo reconocible a lo sobrenatural para mostrar cómo las élites íberas afrontaban la muerte, el prestigio y la identidad a través de imágenes animales”, según Choclán.
El recorrido parte de la fauna conocida en la península Ibérica (lobo), junto a la simbólica adoptada o reinterpretada (león en la escultura íbera, piel hercúlea), a la que se añaden criaturas que llegaron, a través del contacto con fenicios y griegos, mediante relatos o el comercio mediterráneos, como sirenas, esfinges y grifos. Para mostrar todos estos aspectos, la exposición presenta un recorrido que arranca con un mapa del Mediterráneo con las rutas marítimas y terrestres que lo atravesaban, así como los diferentes animales con los que se identificaban los pueblos que lo habitaban. Esta fauna se divide en depredadores y guardianes, como lobos y leones, y seres híbridos, fruto de la mezcla entre culturas, como arpías, sirenas y esfinges.
La muestra se detiene especialmente en el grifo (mitad águila, mitad león), referenciándolo en una escultura de la grifomaquia, proveniente del yacimiento de Cerrillo Blanco, uno de los más completos de la cultura íbera y situado en el municipio jiennense de Porcuna.