Publicado: lunes, 16 de junio de 2025
La investigación titulada 'La autopsia psicológica como herramienta de prevención del suicidio en Navarra', liderada por el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, ha sido galardonada con el IV Premio Federico Soto a la investigación del suicidio en Navarra. Este galardón, dotado con 2.500 euros, lo conceden Mª Antonia Soto (hija de Federico) y la Fundación Colegio de Médicos de Navarra.
Su investigadora principal es Ana Hidalgo Ocaña, médica forense experta en psiquiatría y miembro de la Comisión Interinstitucional para la Prevención y Atención de las Conductas Suicidas de Navarra desde 2023.
Este trabajo, según ha explicado tras la concesión del premio, tiene como objetivo “establecer un sistema de registro exhaustivo de suicidios consumados, incluyendo variables epidemiológicas, clínicas y psicosociales, que va a resultar muy útil para avanzar en el conocimiento de la complejidad que rodea al suicidio en sus diferentes formas”.
Para ello, contará con la colaboración de la Asociación Besarkada-Abrazo, a la hora de establecer como algo rutinario las entrevistas de las autopsias psicológicas, así como con los distintos Cuerpos Policiales, que al intervenir en el levantamiento de cadáver van a permitir una recogida de variables más coordinada.
Esta investigación, según la forense, requiere "un trabajo intersectorial y multidisciplinar, creando sinergias, que van a aportar muchas ventajas, ya que la prevención del suicidio no es sólo responsabilidad de salud mental sino de múltiples agentes y de la sociedad en general”.
En este sentido, Hidalgo ha apuntado que "el suicidio es prevenible, pero necesita del desarrollo de estrategias integrales de prevención, lo que requiere inversión financiera y recursos humanos. Este proyecto se propone, siguiendo el modelo preventivo de la OMS (que está sustentado en el conocimiento proporcionado por datos científicos concretos y la experiencia), identificar factores de riesgo, siempre desde un enfoque multidisciplinar y multisectorial".
En concreto, plantea crear un plan de formación específico en conducta suicida en las instituciones y entidades implicadas; establecer un sistema de registro exhaustivo de suicidios consumados, incluyendo variables epidemiológicas, clínicas y psicosociales para identificar patrones y áreas prioritarias de intervención.
A ello se suma implementar de forma rutinaria las entrevistas de autopsias psicológicas para comprender mejor los factores precipitantes, a la vez que iniciar y encauzar la atención de las personas que han perdido un ser querido por suicidio; y, por último, diseñar e implementar una guía/protocolo propio para cada cuerpo profesional (forense, policial).
En cuanto a la metodología propuesta, lo primero que se plantea es conseguir una conexión empática con el familiar que ha perdido su ser querido (“superviviente”) y que está presente en el levantamiento del cadáver.
“Se le entregará un tríptico informativo en el que se le propone acudir al Servicio de Clínica, una o dos semanas después del fallecimiento, para mantener una entrevista, que se hará de forma conjunta entre el médico forense y la Asociación Besarkada-Abrazo con un doble objetivo: informarle de cuantos datos quiera conocer acerca de las condiciones de la muerte de su familiar y solicitar su colaboración para datos más personales y contextuales, que van a ser cruciales en la prevención de futuros suicidios”. Se le ofrecerá, además, atención psicosocial especializada.
El proyecto aúna la dimensión profesional y científica con la dimensión humanizadora, que a la larga, permitirá crear un servicio de intervención dirigido a todas las personas supervivientes a un suicidio".
Está previsto que, en el plazo de un año, se realicen los cursos de formación de médicos forenses y policías, se despliegue la metodología propuesta y se implemente un sistema de registro exhaustivo de suicidios consumados.