lunes, 17 de febrero de 2025
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Revista Adiós

La oncogeriatría se abre paso en los hospitales: la edad ya no condiciona el tratamiento

Publicado: martes, 04 de febrero de 2025

En el Día Mundial contra el Cáncer, la oncogeriatría se posiciona como una necesidad asistencial, todavía con retos en el horizonte, ya que la esperanza de vida se alarga y la incidencia de cáncer aumenta conforme se cumplen años.

De los 296.103 nuevos casos de cáncer previstos en España para 2025, casi el 60 % se diagnosticarán en mayores de 65 años (176.981), según el informe “Las cifras del cáncer en España” de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en colaboración con la Red de Registros de Cáncer (Redecan).

“Ha habido un cambio de paradigma porque antes se desestimaba el tratamiento activo única y exclusivamente por edad”, explica a EFE el coordinador de la Sección de Oncogeriatría de la SEOM, el doctor Borja López de San Vicente.

Señala que, aunque hay casos en los que la fragilidad del paciente no permite hacer un tratamiento oncológico específico, “disponer de nuevas herramientas terapéuticas menos tóxicas y más eficaces facilita atender a mayor número de población, entre ellos a las personas mayores”.

Valoración geriátrica, imprescindible

El perfil del paciente geriátrico, a partir de los 70 años, según la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica, es el de una persona que puede tener una o varias enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, obesidad…) y factores propios de la edad (incontinencia urinaria, riesgo de caída o falta de autonomía y movilidad).

“La atención a personas mayores con cáncer es más compleja. Los tratamientos estandarizados no siempre se adaptan a sus necesidades”, apunta López de San Vicente, también oncólogo en el Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao.

Por su parte, la oncóloga Gemma Soler, de la Sección de Oncogeriatría de SEOM y médica en el Instituto Catalán de Oncología (ICO) de L'Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, precisa a Efe que ahora no basta con conocer la edad cronológica del enfermo, sino también la edad biológica que determina su estado.

“La valoración geriátrica, aunque no ha demostrado un aumento de la supervivencia global, sí ha mejorado la calidad de vida y la autonomía del paciente y ha supuesto una reducción de los ingresos hospitalarios”, asegura el oncólogo.

Y ahora se puede avanzar aún más con las herramientas de inteligencia artificial que, sobre todo, predicen la respuesta del paciente al tratamiento y anticipan los posibles efectos adversos.

No existen protocolos únicos

Para dar una mejor asistencia al paciente mayor, la oncogeriatría persigue cambiar el enfoque, pero es una especialización que no está implementada por igual en los hospitales públicos.

“Aunque hay una mayor concienciación y más estructuras, todavía nos queda mucho por hacer”, ya que no existen protocolos únicos ni equidad en el acceso a este tipo de atención, precisa el doctor, quien ve también necesaria la formación en oncogeriatría.

Para la oncóloga del ICO otro de los problemas es la escasez de recursos, en especial de profesionales sanitarios, como geriatras o enfermeras, estas últimas con un papel importante en el cribado del paciente.

“Lo ideal -comenta- es ir de la mano de los geriatras para que hagan la valoración” del enfermo y que se integren en los comités de tumores para debatir la viabilidad de un tratamiento.

También es importante la coordinación con otras especialidades para que sigan la evolución de los efectos secundarios, como cardiólogos o neurólogos.

Y sin olvidar otros aspectos básicos en la atención al paciente geriátrico como la nutrición, el apoyo psicológico o la necesidad de ejercicio físico y rehabilitación por parte de fisioterapeutas, figura que también escasea en los hospitales, además de trabajadores sociales para ayudarles según sus circunstancias.

Ensayos clínicos para el paciente mayor

La doctora Gemma Soler también poco el foco en la falta de evidencia científica relativa al paciente geriátrico con cáncer ya que no suele estar incluido en los ensayos clínicos. “El paciente mayor está infrarrepresentado y no podemos extrapolar los resultados obtenidos en pacientes más jóvenes a pacientes ancianos”, lamenta.

Puntualiza que el paciente mayor frágil no es apto para un ensayo clínico, pero sí otro que se encuentre en mejores condiciones y así pueda beneficiarse de los resultados de estas pruebas.

La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) ofrece servicios gratuitos para mejorar la calidad de vida y el bienestar del paciente mayor con cáncer mediante atención psicológica, social, jurídico-laboral y sanitaria (nutrición, fisioterapia, orientación y logopeda).

También el voluntariado acompaña a estos pacientes para minimizar el sentimiento de soledad e incorporarlos a actividades que favorezcan la socialización.

Alejandra Agudo, psicóloga de la AECC, explica a Efe que hay que ayudar al paciente oncológico mayor, y a sus familias, a manejar emociones como el miedo a la muerte y al dolor o el sentimiento de culpa al considerarse una carga, además gestionar situaciones como la pérdida de independencia, el aislamiento social o el riesgo de depresión y ansiedad.

La decisión de enfrentarse a un tratamiento contra el cáncer es otra situación sensible en los mayores. Los médicos lo tienen claro, la última palabra siempre es del paciente, pero de la mano del oncólogo y de la familia.

Ana Soteras (Efe)