Publicado: miércoles, 05 de junio de 2024
La cifra de fallecimientos en verano en Barcelona, especialmente en el mes de agosto, registró un considerable aumento debido a las olas de calor, temperaturas que, de no haberse registrado, habrían retrasado hasta el invierno la muerte de las personas con una salud más vulnerable, según el último informe del Padrón de la ciudad recogido por la agencia Efe.
El Padrón Municipal de Habitantes publicado por la Oficina Municipal de Datos del Ayuntamiento de Barcelona con cifras de 2023 y hasta el 1 de enero de 2024 revela que las defunciones registradas el pasado año siguen el mismo esquema estacional previo a la pandemia de la COVID-19 aunque, como ya se constató en 2022, se observa una elevada incidencia en verano, particularmente en agosto, con 1.171 muertos.
La razón de este hecho, indica el informe del padrón, "está asociada a la mortalidad atribuible a los excesos de temperatura". En este sentido, inciden en que, si bien el pasado año no se alcanzaron los niveles de récord de 2022, el Observatori Fabra registró la temperatura de 38,8 grados en Barcelona, el registro más alto anotado nunca en un mes de agosto en la ciudad. "Además, las olas de calor del verano 'avanzaron' la mortalidad de personas vulnerables que, en otras circunstancias, hubieran podido morir en invierno", relata el informe.
El número de defunciones habido en 2023 en Barcelona fue de 14.705, inferior a 2022 y 2021 -años de pandemia-, y un 4,8 por ciento por debajo de la media de la década 2010-2020. "Así pues -dicen los autores del informe-, un año más se constata que el impacto que la pandemia de la COVID-19 tuvo sobre la mortalidad ha quedado superado, y que las cifras de defunciones en Barcelona regresan a la órbita que describían antes de la pandemia".
Los datos de mortalidad por meses tienen un marcado carácter estacional, y el mes de enero es tradicionalmente el que marca los máximos del año mientras que el periodo comprendido entre diciembre y marzo concentra el 38,4 por ciento del total de las muertes anuales con una media de 47 defunciones diarias, la mayoría mujeres. La media de edad de las personas que murieron aumentó hasta los 82,6 años, muy similar a la etapa previa a la pandemia. Se mantiene también la diferencia de edad media entre la edad de fallecimiento de los hombres (79,5 años) y de las mujeres (85,6 años), aunque ha aumentado ligeramente el tiempo, tendencia observada durante 2022.