Publicado: viernes, 09 de febrero de 2024
El estudio sobre Juventud y Soledad no deseada en España presentado ayer está promovido por la Fundación ONCE
Este informe, según la información y la explicación que da la propia organización en su web, tiene como objetivo identificar la incidencia de la soledad no deseada en la juventud de 16 a 29 años en España, indagando en las posibles causas o correlaciones. Se trata del primer estudio sobre esta temática realizado hasta la fecha en nuestro país.
Estudios realizados anteriormente por el Observatorio SoledadES como el Informe de percepción social de la soledad no deseada o el estudio El coste de la soledad en España, así como estudios internacionales, constatan que la soledad no deseada afecta especialmente a la juventud.
El estudio se basa en una encuesta realizada a 1.800 personas de entre 16 y 29 años, ambos inclusive. En la encuesta se obtienen las prevalencias de soledad, lo que permite comparar los resultados de las personas jóvenes que se sienten solas con las que no sienten soledad. También se ha realizado un análisis multivariante para determinar los factores de riesgo significativos de la soledad en la juventud. Asimismo, a partir de los resultados del estudio, se ha realizado un grupo de discusión con personas expertas sobre soledad no deseada, juventud y colectivos vulnerables, para proponer soluciones y recomendaciones a nivel de políticas y programas.
Algunos datos que muestra el estudio son:
El 25,5% de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años se sienten solos actualmente.
El 69% de las personas de este mismo rango de edad se sienten solas ahora o se han sentido solas en algún momento de su vida.
Tres de cada cuatro jóvenes que dicen sufrir soledad no deseada (75,8%) aseguran sentirla desde hace más de un año, y casi la mitad (45,7%) desde hace más de tres.
La soledad juvenil afecta más a mujeres (31,1%) que a hombres (20,2%). Por edades, afecta en mayor medida a jóvenes de entre 22 y 27 años
Además, afecta especialmente a jóvenes en desempleo, en situación de pobreza, a jóvenes que han sufrido acoso escolar o laboral, con mala salud física o mental, con discapacidad, origen extranjero o LGTBI.
Juventud, soledad y factores de riesgo
Algunos factores de riesgo que se destacan en el estudio son:
Las redes sociales digitales no son importantes para la soledad. La intensidad y frecuencia de uso no tienen un efecto en la soledad no deseada, en cambio, la presencialidad de las relaciones con amistades sí la tiene.
Las relaciones de amistad juegan un papel fundamental en la soledad no deseada. Esta importancia se da en la cantidad de relaciones, su calidad y su presencialidad. En cambio, las relaciones en el ámbito familiar, y especialmente en el entorno de trabajo o estudio, son menos relevantes para explicar la soledad. La cantidad de relaciones con la familia no es un factor significativo de soledad, pero sí su calidad.
El acoso es significativo para explicar la soledad. Las personas que han sufrido acoso escolar o laboral tienen un 37,2% más de riesgo de sufrir soledad.
La salud mental es clave. Las personas con problemas de salud mental percibida o diagnosticada tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de sufrir soledad no deseada, las personas que perciben que sufren ansiedad o depresión un 89,2% más, las personas que reconocen tener una baja autoestima un 83,2% más y las que han tenido pensamientos suicidas un 81,1% más.
La pobreza incrementa el riesgo de soledad. Sufrir pobreza moderada o tener dificultades para llegar a fin de mes elevan la probabilidad de sentir soledad en un 38,5%.
Vivir en municipios de tamaño medio incrementa la soledad. A pesar de la imagen de mayor aislamiento que se asocia a los pueblos y a las grandes urbes, la juventud que reside en municipios de tamaño medio (entre 50.000 y 500.000 habitantes) tiene un mayor nivel de soledad, en comparación con jóvenes rurales o que viven en grandes urbes
La prevalencia de la soledad en jóvenes que residen en piso compartido o en su propia vivienda es mayor que entre jóvenes que viven con sus padres.
Con todos estos datos encima de la mesa, el estudio presenta una serie de recomendaciones para abordar el problema de la soledad no deseada en la juventud, que pasan por prevenir, detectar e intervenir:
Escuelas inclusivas que contemplen la educación emocional, proteger la salud mental en la adolescencia y la juventud, fomentar la relaciones sociales mediante el ocio saludable, desarrollar servicios de atención juvenil orientados a reducir la soledad, fomentar la participación juvenil, integrar y reforzar el ecosistema institucional, impulsar las actuaciones para reducir la soledad no deseada a través de las universidades y reforzar las políticas de educación, empleo e inclusión social, mejorar la orientación y fortalecer la transición entre educación y empleo.
https://www.soledades.es/estudios/estudio-sobre-juventud-y-soledad-no-deseada-en-espana
En la fotografía, un momento ayer de la presentación del estudio sobre juventud y soledad no deseada. Matilde Fernández, presidenta del Observatorio estatal de la soledad no deseada junto Matías Figueroa, director del Programa Europa de Ayuda en Acción (izqda) y Juan Antonio Baez, presidente del Consejo de la Juventud de España. A la derecha el presentador del acto.