Una urna decorada con fragmentos de obras de Gustavo Adolfo Bécquer servirá para depositar las cartas que, por decenas, se colocan ante su tumba en Sevilla, con lo que se quiere preservar en buen estado la lápida, que guarda los restos tanto del poeta como de su hermano Valeriano.

Se trata, según ha informado la Universidad de Sevilla en su web, de un proyecto para evitar el deterioro del monumento funerario en el que reposan los restos del poeta, donde, desde hace décadas, se colocan cartas de todo tipo por parte de las personas que lo visitan en el Panteón de Sevillanos Ilustres, bajo la Facultad de Bellas Artes sevillana.

La idea forma parte del proyecto 'Bécquer no era Bécquer', creado para desmitificar algunos de los aspectos del escritor que han podido llegar tergiversados a la actualidad, y se mostrará durante las tres jornadas de puertas abiertas del panteón que tendrán lugar desde el mañana miércoles hasta el viernes 22 de diciembre, aniversario de la muerte de Bécquer en 1870.

El proyecto lo llevan adelante un grupo de alumnos de la asignatura ‘Literatura española del siglo XIX’, impartida por la profesora Mercedes Comellas en la Universidad de Sevilla, que, en colaboración con el Ayuntamiento, ha previsto, entre otras cosas, una ruta guiada que se llevará a cabo el viernes, con el fin de “desmitificar la figura becqueriana y desligarla de la fabulación que pesa sobre ella y que ha construido el perfil más popular del poeta”.

A lo largo de la asignatura, estos alumnos han aprendido diferentes ideas que han desmontado la imagen que poseían en un principio de Bécquer, y que ahora quieren compartir.

Además, se han realizado dos ilustraciones en las que se muestran diferentes imágenes del poeta, que se ofrecerán como obsequio a los asistentes al acto conmemorativo por el fallecimiento de Bécquer, obra de Ángela Cano.

Además de esta visita, para conmemorar la efeméride de la muerte del autor de Rimas y leyendas, el Panteón de los Sevillanos Ilustres permanecerá abierto con acceso libre, en horario ininterrumpido de 10.00 a 13.00 horas, durante los días 20, 21, 22 de diciembre.

Gustavo Adolfo Bécquer falleció en Madrid el 22 de diciembre de 1870, y aunque sus restos están enterrados en Sevilla, no se consiguió trasladarlos hasta 1913.

Fue enterrado inicialmente en la Sacramental de San Lorenzo de Madrid, y no fue hasta abril de 1913, gracias al trabajo del escritor José Gestoso, que sus restos, junto a los de su hermano Valeriano, fueron trasladados a Sevilla, reposando primero en la cripta de la Anunciación y desde 1972 en el Panteón de Sevillanos Ilustres.

La secretaria de la asociación ‘Con los Bécquer en Sevilla’, Pilar Alcalá, recuerda que el poeta no vio cumplido el deseo que expresó en la tercera de las "Cartas desde mi celda": "Cuando la muerte pusiese un término a mi existencia, me colocasen para dormir el sueño de oro de la inmortalidad, a la orilla del Betis, al que yo habría cantado en odas magníficas".

Pilar Alcalá señala que "se equivocó cuando, en la rima LXXIII, dijo: '¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!', ya que siempre que se abre el panteón “se comprueba que los sevillanos no olvidan a su paisano, a nuestro poeta más universal".

Su tumba se puede visitar siempre que esté abierto el panteón, y en ella se acumulan cartas, textos, poesías o libros que día a día le siguen dejando sus admiradores, además de que en días como el de su aniversario siempre se dejan rosas para conmemorar esta fecha en concreto.