Publicado: lunes, 04 de diciembre de 2023
El antropólogo Jesús Herrerín y el patólogo Miguel Ángel Sánchez han presentado en el Museo de Segovia su libro 'La Momificación Egipcia. La Vida Eterna Paso a Paso', un texto que, tras más de veinte años de trabajo especializado ofrece una nueva y más real mirada sobre la momificación, intentando huir de todo lo que ha manipulado el cine y los mitos que se han impuesto sobre esta forma de conservación de los cadáveres en el Egipto antiguo.
Jesús Herrerín se lo contó el día de la presentación al periodista pablo Martín de la agencia Efe así: "Decidimos recopilar toda esa información y ponerla al servicio de los demás investigadores para que pudieran compartirla también". Herrerín insiste durante la entrevista en que una de las funciones de este libro lo lean los interesados por la civilización egipcia, aunque no sean expertos ni académicos.
Miguel Ángel Sánchez, médico especializado en paleopatología, añade una dimensión clínica a la investigación, destacando la importancia de comprender no sólo las enfermedades identificadas en las momias, sino también cómo la sociedad egipcia abordaba el cuidado de los enfermos y discapacitados: "La momificación proporciona una ventana única para explorar la moralidad y la compasión de una sociedad enormemente comunitaria" afirma Sánchez, que compara el trato distinto que se ofrecía en Egipto con los discapacitados "a los que se mantenía con vida", con lo que sucedió más tarde en las épocas romana y griega, "en las que, por ley, a los niños que nacían con malformaciones se las abandonaba".
Otro de lo objetivos con la publicación del libro, según sus autores, es separar la realidad de la magia: "Hemos puesto especial interés y cuidado en no caer en el amarillismo de la momificación como algo absolutamente mágico". El libro explora cómo la momificación no solo era una práctica religiosa, sino también un negocio y un fenómeno global. Sánchez destaca la interconexión entre diferentes culturas, señalando el comercio de materiales utilizados en la momificación, que se extendía desde el Líbano hasta Grecia: "Es enormemente atractivo ver cómo ungüentos y aceites que se producían en el Líbano, o resinas en Grecia, acababan siendo usados en Egipto".
Jesús Herrerín pone en contexto la evolución de la momificación, desde su exclusividad inicial para los faraones hasta la 'democratización' durante el Reino Medio, donde personas de diversas clases sociales buscaban este proceso. Así la momificación se convirtió en un negocio con diferentes niveles de servicio, influenciada tanto por la capacidad económica como por el estatus social. "Había una momificación muy cuidada, otra intermedia en la cual la extracción de las vísceras no se hacía, y había otra que era simplemente poner en salmuera el cuerpo, enrollarlo en vendas y entregarlo a la familia" destaca el antropólogo.
Dice Javier Martín en su crónica de la conversación con los autores que “el libro ofrece una visión realista de la vida en el antiguo Egipto, centrándose en las enfermedades infecciosas como principal causa de muerte en ausencia de antibióticos. Miguel Ángel Sánchez, con su experiencia en el tratamiento del cáncer, destaca la presencia de tumores en momias egipcias señalando que, aunque existían, eran menos comunes debido a la esperanza de vida limitada ‘de entre 36 y 37 años, aunque había personas más mayores’. También destacan los autores la aparición de los primeros casos de tuberculosis que empezó a desarrollarse cuando los egipcios empezaron a domesticar los animales bovinos". "La momificación es un proceso que se ha dado en diferentes culturas muy alejadas" explica también Jesús Herrerín, que destaca el hecho de que ninguna de ellas "alcanzó nunca el nivel de sofisticación y de cuidado que encontramos en las momias egipcias, que es un proceso complejo y con muchos pasos que duraba 70 días".
En la imagen, el dios Anubis sobre una momia.