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Revista Adiós

Los neandertales ya usaban las cuevas de El Cantal (Málaga) como refugio y panteón hace 48.000 años

Publicado: domingo, 26 de noviembre de 2023

Los neandertales ya usaban las cuevas de El Cantal (Málaga) como refugio y panteón hace 48.000 años

Los grupos humanos neandertales ya usaban como refugio las cuevas de El Cantal, en Rincón de la Victoria (Málaga), hace 48.000 años, según las últimas investigaciones, que adelantan la ocupación humana en 20.000 años. Este hallazgo, tras casi dos años de trabajos científicos por parte de un equipo de diez investigadores, está recogido en el libro "Prehistoria en las Cuevas de El Cantal".

Uno de sus autores, Pedro Cantalejo, ha explicado que estos yacimientos entrarán en 2024 en un nuevo proyecto de análisis "que incidirá en esa etapa entre los últimos neandertales y los primeros homo sapiens", ha informado el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria en un comunicado.

En este libro se han inventariado 41 cavidades naturales (cuevas y abrigos), doce de ellas situadas en la zona alta, como la Cueva del Tesoro y Victoria, y otras veintinueve en la zona de los antiguos túneles del ferrocarril y del frente marino, por donde discurre la Senda Litoral.

El 25 de febrero de 2022, tras largos meses de preparación física y documental, se abrieron al público la Cueva de la Victoria y la Galería del Higuerón, esta última situada en un sector no turístico de la Cueva del Tesoro. Ambas cavidades eran conocidas desde principios del siglo XX como cuevas con arte rupestre prehistórico y con sendos yacimientos que fueron estudiados durante los años 40 y 50.

El arte rupestre se volvió a estudiar en los años 80 y, posteriormente, en 2007, aplicando nuevas tecnologías a la realización del nuevo inventario. Sin embargo, la arqueología había quedado estancada desde 1972, siempre con el inconveniente de que más de mil piezas arqueológicas están en Madrid, repartidas entre el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Tras la reapertura, el equipo retomó la limpieza de las zonas arqueológicas, el estudio sobre la conservación del arte rupestre prehistórico, la monitorización de parámetros ambientales, nuevos estudios geocronológicos y la adecuación para el recorrido controlado de treinta personas diarias al interior de estas cavidades, repartidas en tres visitas.

Los análisis y los estudios arqueométricos realizados han demostrado que los neandertales usaron las cavidades como refugio y se la disputaron a los osos más de 20.000 años antes de lo que se pensaba hasta ahora.

Estos grupos humanos, además de cazar, usaron las playas como espacio alimenticio (marisqueando) y lo hicieron hasta hace 40.000 años, cuando empezaron a ser sustituidos por los nuevos grupos de homo sapiens.

Las numerosas piezas recuperadas han sido una de las claves geoarqueológicas para conocer ese espacio temporal de tránsito entre ambos grupos. Si se suman las dataciones por medio del Carbono 14 de las muestras orgánicas (conchas marinas) y de los propios suelos de cada época, el periodo de ocupación de la Cueva de la Victoria por parte de los homo sapiens dedicados a la pesca y el marisqueo está perfectamente documentado, por el momento, entre hace 28.500 y 9.500 años, casi 20.000 años.

Esta época estuvo caracterizada por el enfriamiento de todo el hemisferio norte, por lo que la costa de Málaga se convirtió en un auténtico refugio climático, donde sobrevivieron uno de los escasos grupos de europeos durante el Paleolítico superior.

El arte rupestre, por otra parte, ha podido sistematizarse en tres grandes bloques de aportaciones gráficas al interior de las dos grandes cuevas: una fase arcaica entre 45.000 y 25.000 años antes del presente, una segunda fase figurativa que se extendió entre hace 24.000 y 9.500 años y, finalmente, una fase esquemática, que se realizó durante el Neolítico 8.000 y 4.500 años antes del presente.

Durante el Paleolítico se desarrollaron las dos primeras fases, mientras que la tercera y última, se vinculan con el uso exclusivo de la Cueva de la Victoria como un panteón funerario. Las analíticas realizadas demuestran dos usos diferenciados del interior de estas cavidades: como refugio durante los episodios fríos del Paleolítico superior y un uso exclusivamente funerario desde el cambio climático que coincidió con los modos de vida durante el Neolítico (agricultores y pastores además de cazadores y pescadores durante una etapa de clima templado).