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Revista Adiós

Miles de portugueses peregrinan un año más a la tumba de su "santo laico” y suicida, el doctor Sousa Martins

Publicado: lunes, 26 de agosto de 2013


 

Miles de portugueses han vuelto han realizar el pasado 17 de agosto, como todos los años, una curiosa y reivindicativa romería hasta la tumba que alberga los restos de José Thomaz Sousa Martins. Se trata de pedir o agradecer la intervención "divina" de este médico del siglo XIX, venerado hoy como un santo “laico”, ya que la Iglesia se niega a reconocer sus actos póstumos porque la versión más creíble sobre su muerte es la de que se suicidó.
José Tomás de Sousa Martins (1843-1897) fue un destacado médico de la segunda mitad del siglo XIX que también destacó por su labor filantrópica con enfermos sin recursos económicos.
Sousa Martins, por ejemplo, promovió la construcción de un centro de salud en la Sierra da Estrela para atender a los enfermos de tisis. Paradójicamente, a los 54 años de edad él también contrajo la tuberculosis, agravada por una lesión cardiaca; Sobre su muerte, la versión más aceptada es que conociendo la gravedad de su situación, Sousa Martins se suicidó con una inyección de morfina. El sanatorio para tuberculosos construido en la Sierra da Estrela, así como al principal hospital de la ciudad Guarda llevan su nombre. En Lisboa se le dedicó un monumento en Mártires da Patria, enfrente de la Faculdade de Ciências Médicas (antigua Escola Médico-Cirúrgica de Lisboa, y actualmente parte de la Universidade Nova de Lisboa). Más de cien años después de su muerte, la gente sigue yendo al monumento cada 7 de marzo y 18 de agosto (fechas de nacimiento y muerte del doctor), y sigue depositando a los pies de la estatua velas, flores y ofrendas de peticiones o de agradecimiento por curaciones milagrosas.
La peregrinación hasta el cementerio de Alhandra (30 kilómetros al norte de Lisboa) es una prueba del fervor en torno a su figura pese a que su "santidad" es meramente popular, sin reconocimiento alguno de la Iglesia Católica.
Quienes le profesan devoción lo hacen por causa de sus innumerables "milagros", defienden. Enfermos que sobrevivieron al cáncer, padres que le atribuyen la salvación de sus hijos o, simplemente, personas que le rezan para obtener su gracia. "Tenía un quiste en el pulmón y debía operarme, pero después de pedir a Sousa Martins me desapareció, los médicos no se lo creían", relató a Efe María Pereira, una mujer jubilada cuya historia se asemeja a la de otras decenas de personas reunidas frente al pequeño mausoleo donde descansan sus restos.
Las colas llegaron a durar más de una hora-, para poder entrar y besar su tumba. El cementerio de Alhandra, un pequeño pueblo de apenas 6.000 habitantes, presentaba con motivo de esta peregrinación un aspecto muy concurrido con claveles de diferentes colores y muchas velas.
Otra curiosa tradición es llenar con cientos de lápidas de mármol con mensajes escritos en memoria del doctor los pies de la estatua que le recuerda en Lisboa, en la plaza Mártires de Patria, también hoy muy visitada por sus seguidores.
Tras su muerte en 1897, la fe en este médico se propagó rápidamente por todo Portugal, y más de un siglo después existen comunidades de devotos incluso en Brasil.
 
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