Las obras de adecuación de la Via Laietana han dejado al descubierto restos óseos correspondientes a siete tumbas de época romana y dos de época tardoantigua. Estos restos se sumarían a los que aparecieron meses atrás, y que han sido documentados, estudiados y almacenados en las instalaciones que el ICUB tiene en la Zona Franca para su conservación. Todo ello ha aparecido en torno a la zona de la plaza de Antoni Maura, donde el equipo de arqueología, siguiendo las indicaciones del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Barcelona y el Servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Generalitat, ha excavado en profundidad el espacio de uno de los futuros parterres para documentar la gran cantidad de estructuras superpuestas de diversas épocas que han aparecido.

Bajo el asfalto de la calle y el antiguo pavimento de adoquines con sus preparaciones correspondientes, aparecieron varios pavimentos de las edificaciones que ocupaban este espacio antes de la apertura de la Via Laietana. Estos pavimentos estaban cortados por un sondeo, probablemente relacionado con la intervención arqueológica llevada a cabo en 1989 con motivo de la reforma de la avenida de la Catedral. La excavación en torno a este sondeo permitió documentar varios muros y estratos con materiales de época moderna, medieval y romana, además de un silo.

En este espacio han aparecido cerca de una docena de muros de diferentes cronologías que se superponen y configuran varios espacios de los que, desgraciadamente, dada la falta de materiales asociados, no parece que se pueda determinar su uso. Aparte de los muros, ha aparecido: un pozo de los siglos XVIII-XIX, una pilastra, agujeros de palo, algunos pavimentos de baldosas, ladrillos o mortero de cal, una losa cerámica que tapaba una olla, recortes informes y tres silos de los siglos IX -X. A partir de la excavación de los silos se ha podido ver que una de ellas recortaba dos tumbas de cronología tardoantigua. Además, también se han podido detectar siete tumbas de cronología romana que, como en el caso de los recortes por el silo, todavía se están excavando.

Al igual que se hace con todos los restos arqueológicos que se recuperan en Barcelona, los restos muebles recuperados en esta intervención arqueológica se llevarán a las instalaciones que el ICUB tiene en la Zona Franca para ser estudiadas.

Por lo que respecta a las previsiones de la obra, la excavación de este espacio no impide el correcto desarrollo de los trabajos de reurbanización de la Via Laietana. Desde el Servicio de Arqueología de Barcelona, y en común acuerdo con el Servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Generalidad de Cataluña, se asiste semanalmente a la obra con el fin de garantizar el correcto desarrollo de la intervención arqueológica. Las intervenciones arqueológicas se están realizando bajo la dirección del arqueólogo Joan Garriga Toledo.

Muros, cloacas, pozos y silos

Previamente a estos restos, las obras llevadas a cabo en la Via Laietana y en la calle de Jonqueres han hecho aparecer estructuras relacionadas con las cimentaciones y algún espacio sótano del antiguo convento de Santa Maria de Jonqueres, y en la plaza de Antoni Maura. También han aparecido algunos muros y cloacas aislados a lo largo de la Vía Layetana que, a pesar de no tener material cerámico asociado, se cree, por el tipo de factura constructiva que presentan, que podrían ser de los siglos XVIII-XIX.

En la zona de la plaza de Antoni Maura aparecieron varios restos arqueológicos que iban desde el momento inmediatamente anterior a la construcción de la Via Laietana hasta cronologías de época romana, entre los cuales muros y pavimentos de época moderna y medieval, aparte de algunos depósitos y algunos pozos y silos, que según se desprende de los materiales cerámicos que están apareciendo en el campo son indicativas de una zona artesanal entre los siglos XII-XV. Uno de los pozos y uno de los silos, que probablemente estuvieron en uso hasta el siglo X, permitían ver restos óseos seccionados correspondientes a una tumba de época romana. La tumba se exhumó el pasado 13 de febrero. Se trata de una tumba en fosa simple en la que había enterrado a un individuo masculino adulto dispuesto en posición de decúbito supino. Posteriormente apareció una segunda fosa de inhumación, de cronología similar, cortada por un muro de cronología moderna. Del individuo enterrado sólo pudieron documentarse las piernas.

Hay que tener presente que todas las citadas cronologías son aproximadas y provisionales, basadas en los materiales cerámicos que están apareciendo en campo. Las cronologías definitivas están supeditadas al correcto estudio de los materiales, tarea que se desarrollará en las instalaciones del ICUB la Zona Franca una vez finalizados los trabajos de campo y se hayan obtenido los resultados de las analíticas previstas. En el caso de las inhumaciones es necesario realizar el estudio antropológico, que incluye el estudio de las patologías detectadas, y las analíticas correspondientes, según informa el Ayuntamiento de Barcelona.

Fotografía de Xavi Torrente / Ayuntamiento de Barcelona.