Las cenizas de Lucía Bosé, fallecida en marzo de 2020, ya están en el cementerio del pequeño pueblo segoviano de Brieva, donde la actriz vivió los últimos veinte años de su vida en su emblemática Casa Azul, que fue vendida por sus herederos y será convertida en un alojamiento rural. "Ayer la enterramos (por el día 13) y ahora siempre estará entre sus vecinos, que es lo que ella deseaba", ha comentado en declaraciones a Efe Pilar Martín, la alcaldesa de este pueblo, que "competía" con ciudades como Milán, desde donde se ofreció la posibilidad de enterrarla en un panteón junto a otras personalidades de la cultura.

Finalmente, por respeto a la voluntad de la fallecida, un pequeño grupo de familiares y amigos, entre ellos su hija Paola Dominguín, celebraron ayer en el cementerio del pueblo el discreto entierro de las cenizas de Bosé en una tumba pintada con su característico color azul. "Ella sabía que, con sus vecinos aquí, no le iban a faltar en su tumba las flores blancas que a ella tanto le gustaban", ha señalado la regidora sobre la modelo y actriz, madre del cantante Miguel Bosé, y para Brieva una vecina "muy querida" por todos.

Además de sus restos, el pueblo conservará como legado de la artista su pintoresca Casa Azul, que ha sido adquirida por unos particulares para convertirla en un alojamiento rural, según ha informado en su página web el portal inmobiliario Idealista. Se trata de una casa de 430 metros cuadrados en tres plantas y una parcela de 315, en cuyos rincones se puede encontrar "el sello inconfundible de la artista", según el portal. Cuando se puso a la venta hace casi dos años, salió al mercado por 430.000 euros; en apenas unos días, aumentó su precio hasta los 495.000 y, en primavera de 2021, bajó su valor hasta los 450.000, precio por el que aproximadamente se ha cerrado la venta. Según el portal, los dueños han valorado "la estética y singularidad de la vivienda" para emprender un nuevo proyecto de turismo rural, por lo que conservarán el "encanto" de la casa, aunque dotándolo de otras comodidades para esta nueva etapa.

La alcaldesa de Brieva ha señalado que en el pueblo están "encantados" de mantener el espíritu de Bosé a través de su casa: "Además, un negocio más siempre es bienvenido para reactivar lo que llaman la España vaciada", ha apuntado.

Este municipio, que no llegaba a 100 habitantes antes de la pandemia, ha recuperado población hasta los 130 vecinos precisamente gracias a la crisis sanitaria, que ha puesto en valor su tranquilidad y proximidad a la naturaleza, según ha explicado la regidora. En época de vacaciones como el verano, Brieva ve triplicada o hasta cuadriplicada su población, que se distribuye en segundas residencias y las cinco casas rurales allí ubicadas, a la que pronto se sumará la que fue el hogar de su vecina más famosa.