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Revista Adiós

La historia de vida y muerte que esconde la cueva neandertal de Guattari

Publicado: viernes, 10 de junio de 2022

La historia de vida y muerte que esconde la cueva neandertal de Guattari

La cueva italiana de Guattari, donde se encontró uno de los de los cráneos de neandertal más antiguos de Europa, esconde una historia de vida y muerte marcada por el canibalismo y las hienas, explicó a Efe el equipo de arqueólogos que excava para conocer el origen de este importante yacimiento paleolítico.

La historia de este cráneo, hallado por casualidad en 1939 por el italiano Alessandro Guattari en medio de un círculo de piedra y con un gran agujero que contrastaba con el estado excepcional de la calavera, ha estado ligada durante años a la impactante hipótesis de que los antiguos pobladores de San Felice Circeo (centro) practicaban rituales de canibalismo.

"Que el cráneo hubiese estado intencionalmente roto y que posteriormente se le hubiese extraído el cerebro dio a entender que se trataba de canibalismo. Una idea que impactó mucho al imaginario colectivo y que se convirtió en la historia más famosa de la gruta Guattari", explicó el arqueólogo italiano Francesco di Mario.

Pero esta hipótesis dio un giro de 360 grados con el reciente descubrimiento de centenares de huesos de animales devorados por hienas, después de que los arqueólogos hayan visto retrasados sus trabajos durante décadas debido a la burocracia, los saqueos y las inundaciones de la gruta y que ahora se recopilan en el libro "Gruta Guattari. 80 años tras el descubrimiento" (Ed. Atlantide).

Todo salió a la luz el año pasado, ocho décadas después de que Guattari y el paleontólogo Alberto Carlo Blanc identificasen como neardental el cráneo "mejor conservado del mundo", declaró a Efe Angelo Guattari, hijo de su descubridor.

"Con nuestros trabajos llegamos a la certeza de que todos los restos humanos encontrados fueron llevados ahí por grandes carnívoros, probablemente hienas", dijo Di Mario, que supervisa las excavaciones llevadas a cabo por el equipo de la Universidad romana Tor Vergata, durante la presentación de los nuevos hallazgos.

Entre los cientos de huesos de animales hallados en los últimos años figuran los de un rinoceronte, un ciervo gigante extinto, un oso de las cavernas y un elefante, lo que confirmó a los arqueólogos que el trágico final del hombre neandertal del Circeo fue a manos de una manada de hienas y no por canibalismo.

"Las hienas del pleistoceno se extinguieron hace 20.000 años y eran mucho más grandes de las que conocemos ahora. Eran los principales depredadores de esta región y se encontraban en lo alto de la cadena alimentaria", explicó el arqueólogo.

Los huesos de especies muertas que a día de hoy aún sobresalen de las paredes vinculan el interior de esta cueva con una "historia de muerte", en palabras de Di Mario, pero no su exterior, que gracias a la última ampliación de las excavaciones se ha podido saber que era el lugar donde vivían los antepasados del Homo Sapiensa.

"La novedad es que el hombre vivía fuera y no dentro de la cueva como se creía y los artefactos que hemos encontrado nos han ayudado a entender cómo se vivía aquí", describió Gilda Iadicicco, editora del volumen que recoge los documentos oficiales de las investigaciones.

"Este lugar de vida que se contrapone al de muerte del interior de la gruta" es 40.000 años más antiguo que la capa más superficial donde vivían las hienas y en él se han descubierto otros ocho cuerpos de neandertales que datan el más antiguo de 100.000 años de antigüedad a hace 50.000 años.

Aunque el sitio todavía no se encuentra abierto al público, ya que las excavaciones siguen en curso, el alcalde de este turístico pueblo costero, Giuseppe Schiboni, espera que la cueva de Guattari "sea un motivo para relanzar el municipio y su economía y evitar la estacionalidad".

De momento, los curiosos deberán esperar un poco más para poder visitar esta pequeña gruta llena de vida y muerte, pero sobre todo, un testimonio de un momento crucial para la evolución del ser humano.

Andrea Cuesta. Efe.