Mientras soldados y policías realizaban ayer martes un control de vehículos en la frontera entre Polonia y Bielorrusia cerca de la ciudad polaca de Kuznica, no muy lejos, La comunidad musulmana de Bohoniki, un pequeño pueblo al este de Polonia, enterraba el cuerpo del migrante sirio Ahmed Al-Hassan, en el cementerio tártaro de la aldea de Bohoniki.
Ahmed, de 19 años, se ahogó en el río Bug mientras intentaba alcanzar Polonia. La imagen procede de un video distribuido por la agencia Efe/Epa durante el dúa de ayer
Al igual que en días anteriores, este martes se produjo un intento masivo violento de traspasar la frontera polaca por parte de un grupo de inmigrantes. Un policía polaco resultó herido de gravedad por un impacto en la cabeza.
Al menos once personas han fallecido en ambos lados de la frontera desde el inicio de la crisis migratoria. Las organizaciones humanitarias temen que, debido a las bajas temperaturas nocturnas y las precarias condiciones de los asentamientos de inmigrantes, esta cifra pueda aumentar.
"Nuestro cementerio está listo para recibir a los muertos, pero no sabemos cuántos habrá. En este momento queremos enterrar a uno con dignidad", lamentó Maciej Szczesnowicz, líder de la comunidad musulmana de Bohoniki, en declaraciones a la agencia AFP.
Según las autoridades polacas, unas 3.500 personas se encuentran atrapadas en el bando bielorruso de la frontera con Polonia con la intención de cruzar ilegalmente hacia la Unión Europea.