Emma Vallespinós
Según el Libro blanco de Depresión y Suicidio hay un vínculo claro entre los pensamientos y comportamientos suicidas y la violencia de género. Los expertos señalan que las secuelas en la salud mental provocadas por este tipo de violencia en las mujeres se mantienen a lo largo de mucho tiempo.
Este artículo se publicó originariamente en la revista Adiós Cultural en papel número 148 publicada en mayo de 2021.
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En España se suicidan más hombres que mujeres, y más personas mayores que jóvenes, aunque son las mujeres y los más jóvenes los que lo intentan y lo piensan más, según los datos del Libro blanco de Depresión y Suicidio, un documento estratégico para la promoción de la salud mental coordinado por los psiquiatras Mercedes Navío Acosta y Victor Pérez Solá.
La depresión es un factor de riesgo para el suicidio, numerosos estudios evidencian la relación entre la depresión y la conducta suicida. El 90% de las personas que mueren por suicidio tenían un problema de salud mental, principalmente depresión. En 2018 fallecieron en España 3.539 personas por esta causa, 2.619 eran hombres y 920 mujeres. Las mujeres, en cambio, presentan más intentos de suicidio- el doble que los hombres- y más ideación suicida.
La depresión y la ansiedad son trastornos mentales que van en aumento desde hace treinta años. Se calcula que un 10% de la población mundial los sufre. Para abordar con éxito la depresión es esencial acudir al especialista en cuanto aparecen los primeros indicios y recibir un tratamiento adecuado. Los síntomas más comunes son la tristeza, la falta de interés para realizar actividades, la falta de energía o los trastornos del sueño o el apetito.
En España, la enfermedad mental más frecuente es la depresión. Se estima que un 14% de las mujeres españolas, y un 6% de los hombres, ha sufrido en algún momento de su vida un episodio depresivo mayor.
La mayor frecuencia de depresión en mujeres es algo común en todo el mundo, como indica la psiquiatra Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. “Hay varias causas que influyen en la prevalencia en mujeres, factores biológicos, pero también ambientales, tanto culturales como sociales. Del mismo modo, entran en juego otras circunstancias como que las mujeres tienen mayores tasas de pobreza y más cargas familiares”, señala.
Durante la infancia, el trastorno depresivo es prácticamente igual en niñas y en niños. Pero, al llegar la adolescencia, es más frecuente en mujeres. Algunas de las hipótesis que tratan de explicar qué pasa con la llegada de la pubertad, destacan las diferencias neurobiológicas (hormonales y cerebrales) entre ambos sexos. La desigualdad en los índices de depresión en hombres y mujeres se agranda a medida que pasan los años. “En la adolescencia aparecen más episodios depresivos en la mujer y a lo largo de la vida aumenta la patología y la diferencia entre sexos”, apunta González-Pinto.
Algunas teorías señalan como un factor importante el hecho de que las mujeres experimentan la vivencia de más acontecimientos vitales negativos que los hombres. “Todos vivimos factores estresantes, pero a las mujeres se les suma la sobrecarga familiar. El cuidado de la familia, de los niños y de los mayores. Tradicionalmente ha sido así, los cuidados han sido delegados en las mujeres y esto sigue siendo así a pesar de la incorporación de la mujer al mundo laboral”, afirma González-Pinto.
Según la Organización Mundial de la Salud, en los países con mayores ingresos económicos, se suicidan tres veces más hombres que mujeres y en los países con ingresos bajos o medianos, la diferencia disminuye significativamente.
A pesar de que en los jóvenes el suicidio es la primera causa de muerte, el riesgo de suicidio aumenta con la edad. Entre los 60 y los 70 años es una etapa especialmente vulnerable, según los datos que aporta el libro blanco sobre depresión y suicidio.
Los mayores sufren más depresiones que los jóvenes. La última encuesta nacional de salud estimaba que las personas entre los 75 y 84 años son el grupo de edad con más prevalencia de diagnóstico de depresión en España. A partir de los 55 años aumentan las cifras de diagnóstico de depresión.
Violencia de género
La violencia de género es, también, un factor de riesgo de cara al suicidio. Hay un vínculo claro entre los pensamientos y comportamientos suicidas y la violencia de género. Los expertos señalan que las secuelas en la salud mental provocadas por este tipo de violencia se mantienen a lo largo de mucho tiempo. Los efectos en la salud mental más frecuentes en las víctimas de violencia de género son la depresión, el trastorno por estrés postraumático y el abuso de sustancias. Los especialistas también han descrito los factores psicosociales de riesgo más determinantes para que las víctimas acaben cometiendo suicidio, y son la pérdida de la custodia de los hijos, el aislamiento social y el acoso que sigue ejerciendo el maltratador una vez separados, ya sea de manera directa o a través de procesos judiciales.
Foto Jesús Pozo