La prestigiosa revista médica The Lancet publicó ayer martes un estudio en el que reveló que en 2019 se produjeron en la India alrededor de 1,67 millones de muertes relacionadas con la polución del aire, lo que supuso además pérdidas para su economía de 36.800 millones de dólares, un 1,36 % de su PIB.
Esos 1,67 millones de decesos suponen el 17,8 % del total de muertes en 2019 en la India, según muestra el estudio "Impacto sanitario y económico de la contaminación del aire en los estados de la India", un país en el que sus ciudades suelen ocupar los puestos más altos en las listas de las urbes más contaminadas del mundo.
El número de fallecidos el año pasado contrasta con las 1,24 millones de muertes relacionadas con la contaminación del aire registrados en la India en 2017, un empeoramiento de la situación que puede repercutir negativamente en las aspiraciones económicas de este país asiático de 1.350 millones de habitantes. "La alta carga de muerte y enfermedad debido a la contaminación del aire y el sustancial impacto económico adverso asociado a la pérdida de producción podrían impedir la aspiración de la India de ser una economía de 5 billones de dólares para 2024", advierte el estudio.
Nueva Delhi, que ostenta a menudo el título de la capital más contaminada del mundo, tuvo en 2019 además la mayor pérdida económica per cápita en el país por la polución del aire, seguido del vecino estado de Haryana.
La crisis ambiental que vive Nueva Delhi se suele agravar cada año con la llegada de los meses más fríos entre octubre y febrero, cuando el aire comienza a volverse más tóxico. A ello contribuyen una variedad de factores, como la actividad industrial y la contaminación causada por los automóviles, o la quema de rastrojos por parte de los agricultores del norte de la India.
Este mismo martes, el índice de calidad del aire promedio (AQI) en Nueva Delhi fue de 418, lo que lo sitúa en la categoría de "severo", el más peligroso, según la gubernamental Oficina Central de Control de la Contaminación (CPCB).
En la escala AQI, valores por encima de 100 son considerados peligrosos para niños, ancianos y personas con problemas respiratorios o cardíacos, mientras que por encima de 300, la situación se considera peligrosa para la población general. Pero el estudio de The Lancet muestra que es posible dar un vuelco a esta situación, como demostró el descenso de los niveles de polución durante el duro confinamiento vivido en la India entre finales de marzo y junio para evitar la propagación de la pandemia. "Las mejoras en la calidad del aire en toda la India durante el período de confinamiento por la COVID-19, y su resurgimiento nuevamente con la flexibilización de las restricciones, brindan indicaciones interesantes sobre el grado de reducción de la contaminación del aire que es posible con la reducción de la actividad humana", subrayó el estudio.
Londres: una sentencia pionera admite que la polución influyó en la muerte de una niña
Un tribunal británico dictaminó el miércoles de la semana pasada, en una sentencia pionera en el Reino Unido, que la polución ambiental fue una de las causas que contribuyó a la muerte de una niña de nueve años tras sufrir un ataque de asma.
Un juez forense ha determinado que Ella Adoo-Kissi-Debrah, que residía en el sureste de Londres y falleció en 2013, estuvo expuesta a niveles "excesivos" de contaminación.
El tribunal examinó durante dos semanas las circunstancias de la muerte de la niña, que en sus últimos tres años de vida sufrió diversos ataques y fue ingresada en un hospital en 27 ocasiones.
En sus conclusiones, el juez Philip Barlow subraya que los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) que se registraban en la zona donde vivía la menor excedían las recomendaciones de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud.
"Se produjo un fallo reconocido a la hora de reducir los niveles de dióxido de nitrógeno, lo cual posiblemente contribuyó a su muerte. También hubo una falta de información para la madre de Ella", sostuvo el magistrado.
La madre de la niña, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, declaró a la cadena BBC que se ha hecho "justicia" sobre el caso de su hija. "Pero esto también es para otros niños, porque estamos en una ciudad con altos niveles de contaminación en el aire", agregó.
Durante el proceso judicial, relató que en 2010 llevó por primera vez a la niña al hospital tras sufrir un episodio de tos y que los médicos se vieron obligados a inducirle un estado de coma para estabilizarla.
En 2012, el sistema de salud clasificó a la menor como una persona con "discapacidad", antes de que en la madrugada del 15 de febrero de 2013 muriera tras un ataque severo de asma.
Un informe elaborado hace dos años por el investigador médico Stephen Holgate concluyó que la vida de la niña había estado "en el filo de la navaja" durante meses y que los niveles de polución detectados en un medidor cercano a su hogar contribuyeron a provocarle el fatal ataque de asma.
Efe.
Fotografía de Sajjad Hussain, publicada por BBC/ AFP / Getty Images