El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha iniciado la obra de rehabilitación del cementerio de San Rafael y San Roque a fin de restaurarlo e incorporarlo al circuito cultural de la ciudad.
En un comunicado, el consistorio explica que la rehabilitación interior de este espacio consistirá en la recuperación de las edificaciones que se encuentran en mal estado, respetando su diseño, materiales y sistema constructivo, siempre que sea posible. Asimismo, se demolerán las construcciones más recientes, la edificación adosada a la capilla anglicana y el estanque. Para poder resolver los condicionantes mínimos de accesibilidad y servicios públicos, la obra aprovechará los cuartos traseros al portón católico, que se rehabilitarán y dotarán de una rampa para conectar de forma accesible los dos cementerios.
Las obras de restauración se complementarán con la potenciación de la vegetación y la jardinería mediante un proyecto de jardinería y riego, así como con la instalación de iluminación y mobiliario urbano.
Como como informó en mayo del pasado año Adiós Cultural, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife aprobó esta intervención el día 13 de mayo de 2019 con una cantidad presupuestada de 588.000 euros y con un plazo de ejecución de doce meses a partir del inicio efectivo de los trabajos.
Para José Manuel Bermúdez, el cementerio de San Rafael y San Roque constituye un elemento “muy singular” de la historia de Santa Cruz y con esta obra de rehabilitación “lo que pretendemos es que la ciudadanía lo pueda conocer dentro del catálogo cultural de la ciudad”, ha explicado.
Por su parte, el concejal de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, ha defendido que la intención del ayuntamiento es recuperar este espacio para abrirlo al público como Bien de Interés Cultural que es “y dignificar de esta manera una instalación de un gran valor para la ciudad”, ha rematado.
El camposanto actual tiene una superficie de 7.156,94 metros cuadrados y alberga el cementerio católico y anglicano, que se le adosó con posteridad (1810-1916). En un principio, los cementerios estaban separados por un muro alto de mampostería, como el resto de los muros perimetrales, pero más adelante sería eliminado.
Un poco de historia
“En 1830, se autoriza la construcción del llamado cementerio protestante, solicitado por el cónsul general de los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Hamburgo, en virtud de lo establecido en el Tratado de Utrecht. Tiempo más tarde, el cónsul británico en Tenerife se uniría también a esta solicitud, que sería finalmente aceptada por real orden de 13 de noviembre de 1831. Los terrenos comprados, un anexo al ya conformado cementerio de San Rafael y San Roque, al serían sufragados por Mr. Botts, y Mr. Berüff, ambos cónsules inglés y holandés, respectivamente. El primer enterramiento que se realizaría en la ‘chercha’, como comúnmente se conoce a este cementerio – derivado de la desvirtuación de la palabra church – sería un 14 de enero de 1837, con el óbito de John Francis Yateman. En 1866, el ayuntamiento decidiría amurallar todo el recinto, con un muro de casi tres metros de altura. El cementerio recibiría su mayor cantidad de enterramientos cuando las diferentes enfermedades y epidemias azotaron la isla, por lo que el ayuntamiento se vería abocado a la construcción de un nuevo recinto sepulcral, quedando este en desuso”, según la información disponible en la web http://gestorpatrimoniocultural.cicop.com/
En la fotografía de la web gestorpatrimoniocultural, un detalle de uno de los panteones más antiguos del cementerio.
+INFO
http://gestorpatrimoniocultural.cicop.com/SANTA_CRUZ_DE_TENERIFE/Cementerio_de_San_Rafael_y_San_Roque