Los arqueólogos documentan la primera muerte violenta de un aborigen en Fuerteventura
Publicado: lunes, 12 de octubre de 2020
El cráneo, fémur y los restos óseos fueron encontrados en un acantilado de La Oliva, en 2014, y pertenecieron a un individuo del siglo XI o XII que falleció tras recibir fuertes golpes en la cabeza.
La arqueóloga Verónica Alberto ha liderado esta investigación para la que también ha contado con la participación de la conservadora de El Museo Canario Teresa Delgado, así como otros miembros del equipo de Tibicena.
Los investigadores han podido documentar un posible caso de violencia interpersonal o social entre los siglos XI y XII además del hallazgo de un depósito funerario "excepcional", tanto por las circunstancias de muerte de la persona, como por la propia configuración y características de la tumba.
El cráneo pertenece a un hombre joven, (17-20 años) muy alto y de complexión robusta, que falleció por varios golpes en la cabeza y, por las características de las fracturas, parece ser que este chico fue golpeado con gran contundencia con un objeto romo. Los investigadores de Tibicena aseguran que estas heridas son compatibles con una confrontación interpersonal, cara a cara. Además de estas lesiones, también presentaba fracturas en la base del cráneo compatibles con un golpe propinado desde atrás, con la persona agachada y probablemente inmovilizada. Según el artículo publicado en la revista científica, su muerte se rodeó de una violencia extrema pues la última herida que ha sido documentada en situaciones de ejecución, parece mostrar un escenario más complejo vinculado a la violencia institucional, con aplicación de la pena de muerte. Además, las condiciones de la tumba también son atípicas: en la orilla del mar, totalmente expuesta, hecha con poco esmero y donde solo se dio sepultura a esta persona.
Los arqueólogos plantean la posibilidad de estar ante una tumba de relegación, donde al fallecido se le negó la posibilidad de enterrarse como el resto de los miembros de su grupo.
+INFO
Violencia letal en un enterramiento aborigen de Fuerteventura. Entre lo casual y lo institucional
Verónica Alberto Barroso
https://www.youtube.com/watch?v=0fl4e86Ptks
La arqueóloga Verónica Alberto ha liderado esta investigación para la que también ha contado con la participación de la conservadora de El Museo Canario Teresa Delgado, así como otros miembros del equipo de Tibicena.
Los investigadores han podido documentar un posible caso de violencia interpersonal o social entre los siglos XI y XII además del hallazgo de un depósito funerario "excepcional", tanto por las circunstancias de muerte de la persona, como por la propia configuración y características de la tumba.
El cráneo pertenece a un hombre joven, (17-20 años) muy alto y de complexión robusta, que falleció por varios golpes en la cabeza y, por las características de las fracturas, parece ser que este chico fue golpeado con gran contundencia con un objeto romo. Los investigadores de Tibicena aseguran que estas heridas son compatibles con una confrontación interpersonal, cara a cara. Además de estas lesiones, también presentaba fracturas en la base del cráneo compatibles con un golpe propinado desde atrás, con la persona agachada y probablemente inmovilizada. Según el artículo publicado en la revista científica, su muerte se rodeó de una violencia extrema pues la última herida que ha sido documentada en situaciones de ejecución, parece mostrar un escenario más complejo vinculado a la violencia institucional, con aplicación de la pena de muerte. Además, las condiciones de la tumba también son atípicas: en la orilla del mar, totalmente expuesta, hecha con poco esmero y donde solo se dio sepultura a esta persona.
Los arqueólogos plantean la posibilidad de estar ante una tumba de relegación, donde al fallecido se le negó la posibilidad de enterrarse como el resto de los miembros de su grupo.
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Verónica Alberto Barroso
https://www.youtube.com/watch?v=0fl4e86Ptks
