Los trabajos iniciados hace dos semanas en una fosa común del cementerio civil de Castelló, en el marco de la campaña de exhumaciones impulsada por la Generalitat, han localizado 12 cajas de reducción en la que se encuentran los restos de 12 víctimas de la represalia franquista, mayoritariamente miembros de la CNT, y en un caso del PSOE. A finales de los años 80 del siglo pasado, estas cajas de reducción fueron trasladadas desde otra zona del cementerio a esta fosa común, y ahora se han encontrado enterradas a unos 50 cm de la superficie, según han señalado fuentes de la Generalitat. Inicialmente el equipo técnico buscaba a 8 víctimas que se encuentran a aproximadamente a 1'5 metros de profundidad, entre ellas, los alcaldes de las localidades castellonenses Villahermosa y Lucena del Cid. Por lo tanto, con este hallazgo, las exhumaciones podrían localizar en total a 20 personas. Entre las cajas encontradas, se han identificado los restos de Ramón Albella Peris, fusilado el 12 de febrero de 1943 por la represión franquista en el Riu Sec, a poca distancia del cementerio.
Durante los trabajos de exhumación de los restos de Albella ha estado presente el director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico, quien ha acompañado a la familia de Albella, en concreto a su hijo Ramón, sus nietos y bisnietos.
Albella, miembro del ejército republicano, finalizada la Guerra Civil fue detenido, internado en un campo de concentración y encarcelado posteriormente en una prisión del País Vasco. Fue juzgado y obtuvo la libertad, decidiendo volver a su pueblo, l'Alcora, para reunirse con su familia, a pesar de las advertencias del peligro que esto suponía. A los tres días de la llegada fue denunciado, detenido de nuevo y encarcelado en Castelló.
Los informes de las autoridades locales y alguna denuncia particular fueron suficientes para condenar a muerte a Albella "en un juicio sin ninguna garantía legal". Murió, tal y como indica el certificado del médico firmado el mismo día de la ejecución en el cementerio de Castelló, por "hemorragia producida por pequeño proyectil".
Maribel Albella, miembro del Grupo por la Investigación de la Memoria Histórica de Castelló y una de las nietas de la víctima, se ha mostrado muy agradecida por "poder cerrar este terrible episodio", con la recuperación de los restos de su abuelo y ha asegurado que "hoy han exhumado a mi abuelo Ramón, lo hemos acompañado su hijo Ramón, tres de sus nietos y 2 de sus bisnietos".
La consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, ha subrayado la relevancia de estos trabajos impulsados por primera vez desde la Generalitat Valenciana y ha afirmado que "la apertura de las fosas comunes nos permite localizar y recuperar a las víctimas, identificarlas, devolverlas a sus familias. Es el ejercicio más grande de verdad, justicia y reparación que este país necesita".
Fosa de Son Coletes (Manacor)
Por otra parte, la empresa ATICS ha iniciado este martes las tareas para localizar los restos de las fosas de la represión franquista en el antiguo cementerio de Son Coletes, en Manacor, una intervención que forma parte del segundo Plan de Fosas del Govern mallorquín y que está previsto que se prolongue hasta el 9 de agosto.
Tras la retirada de la vegetación, esta mañana ha empezado a trabajar la excavadora facilitada por el Ayuntamiento de Manacor en la llamada zona 1, que corresponde a la jardinera central del actual cementerio, donde se espera localizar posibles restos de una cruz a partir de la cual y en forma radial habrían sido enterradas numerosas víctimas en zanjas, en 1936.
El secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, ha admitido que los trabajos comienzan con muchas incertidumbres y con prudencia "pero también con la esperanza de localizar a algunas de las centenares de víctimas que se enterraron en Son Coletes", ha informado la Conselleria de Administraciones Públicas en una nota.
"Estamos hablando de los derechos de las personas que fueron asesinadas hace 80 años y de los derechos de sus familias. Actuaremos mientras haya alguna posibilidad y las últimas investigaciones nos han abierto nuevas vías", ha añadido Jurado.
En mayo de 2019, la Sociedad de Ciencias Aranzadi realizó un estudio de viabilidad del cementerio de Son Coletes, en el que encontró restos de víctimas de la peste bubónica de 1820, un primer indicio de la existencia del antiguo cementerio, que se utilizó durante la Guerra Civil para enterrar a las víctimas de la represión franquista.
Fotos aéreas de 1942
El Proyecto de ATICS de intervención en el cementerio suma a estos indicios el estudio de una fotografía aérea realizada por la aviación de los Estados Unidos entre 1942 y 1945 (facilitada por Cels Garcia del Departamento de Geografía de la UIB), que ha permitido determinar que, pocos años después de los numerosos asesinatos de 1936, Son Coletes presentaba una planta completamente cuadrada de 3.600 metros cuadrados. En el centro del antiguo cementerio había una cruz de hierro, que el ayuntamiento de Manacor colocó en 1922 para indicar que era un lugar de enterramiento, puesto que se había convertido en un espacio donde pacían rebaños.
Según explica el historiador Antoni Tugores en el "Mapa de las fosas comunes de Mallorca", con las víctimas asesinadas y enterradas en Son Coletes durante la Guerra Civil "desde el principio se siguió la norma de ir abriendo gavetas, partiendo del centro donde años atrás se había instalado la cruz, en línea recta y de forma radial, de manera que había zanjas que partían del centro en todas las direcciones".
ATICS ha establecido 3 zonas para excavar el cementerio de Son Coletes y determinar los límites de los enterramientos de los represaliados, en áreas donde se intuyen alteraciones del terreno, a partir del estudio exhaustivo de la fotografía aérea, a la que se han aplicado técnicas de fotointerpretación y georreferenciación. Las tareas de exhumación las coordina un equipo de tres arqueólogos y una antropóloga.
Tras la zona 1, la propuesta de intervención en Son Coletes sigue por la llamada zona 2, que consta de dos aperturas en la zona norte de la jardinera, aprovechando los pasillos existentes junto a las tumbas subterráneas. La última, será la zona 3, al sur de esta jardinera. Son Coletes está considerado uno de los lugares de mayor represión franquista de Mallorca. A día de hoy, no se conoce con exactitud el número de víctimas que se enterraron allí.
El historiador Antoni Tugores detalla que, a partir del 17 de agosto de 1936, en Manacor, los organismos sublevados iniciaron una represión sistemática y ejecuciones en el cementerio municipal del Pla de Son Mas. A partir del 24 de agosto, estas ejecuciones y enterramientos fueron trasladados a Son Coletes para poder disponer de un espacio alejado del casco urbano.
Entre finales de agosto y septiembre de 1936, Son Coletes fue escenario de grandes ejecuciones, no sólo de víctimas de Manacor y Mallorca, sino que "quizás el número más importante de víctimas enterradas en aquel lugar se deba a las capturas de prisioneros de las tropas de Bayo", indica Tugores. Entre estas víctimas se podrían encontrar las cinco enfermeras voluntarias de la Cruz Roja: Daria y Mercedes Buxadé, Maria Garcia, Teresa y la autora del "Diario de una miliciana", asesinadas en septiembre de 1936.
Tras la represión franquista, Son Coletes fue abandonado hasta que la saturación del cementerio municipal del Pla de Son Mas llevó al Ayuntamiento de Manacor a iniciar reformas y ampliaciones en la segunda mitad de la década de 1950, con la consiguiente remoción del terreno, que le confirió su aspecto actual.
Fotografía de los familiares de Abella (Castellón) publicada en el periódico digital “Castellón Plaza”. Información realizada con documentación de la agencia Efe.