Publicado: martes, 28 de mayo de 2013
El cenotafio de Voltaire en el Panteón de París.
El presidente de Francia, François Hollande, encargó la semana pasada un estudio para reflexionar sobre el papel que debe desempeñar en la "promoción de los valores de la República" francesa el Panteón de París, templo laico donde yacen personalidades de la talla de Braille,Marie Curie o Victor Hugo. También está el cenotafio de Voltaire, por ejemplo.
El jefe del Estado francés indicó en un comunicado que la misión se encargará también de determinar qué personalidades ilustres podrían recalar en ese monumento en los próximos años tras tener en cuenta "la diversidad de género".
Las dos únicas mujeres entre las más de 70 personas sepultadas en esa obra del arquitecto Soufflot (en cuya fachada puede leerse: "A los grandes hombres, la patria agradecida"), son Sophie Berthelot, que acompaña a su esposo el químico Marcellin, y Marie Curie, galardonada dos veces con el Premio Nobel. El último "ilustre" en entrar al Panteón fue el escritor Alexandre Dumas, en 2002.
Hollande también encargó al director de la misión, el presidente del Centro de Monumentos Nacionales, Philippe Belaval, que haga proposiciones sobre "la manera en la que el Panteón puede servir para albergar ceremonias republicanas". Belaval entregará su informe al presidente de Francia el próximo 30 de septiembre.
Para que entre alguien al Panteón hay que pedirlo, estudiarlo y aprobarlo. Ahora mismo hay en marcha una recogida de firmas para pedir el ingreso en el Panteón de París de Stéphane Hessel, el autor del famoso libro “Indignaos.
El panteón de París comenzó a construirse como iglesia en honor de Santa Genoveva, la patrona de la ciudad, por empeñó del rey Luis XV. Sin terminar estalló la Revolución Francesa y el edificio cambió por primera vez de significado. Fue una iniciativa del marqués de Villette: “Demos ejemplo a Europa. Tengamos el valor de no poner este templo bajo la invocación de un santo. ¡Que sea el panteón francés! Que reciba las estatuas de nuestros grandes hombres y sus bóvedas subterráneas las cenizas de nuestros muertos célebres”.
Estéticamente, el Panteón es una copia del frontal del Panteón de Agripa de Roma y la cúpula de la catedral de San Pablo de Londres.
Napoléon restauró el culto católico en Santa Genoveva. Pero las criptas se quedaron para uso civil y para homenajear a los grandes hombres.
Cuando los Borbones ocuparon el trono el Panteón fue convertido de nuevo al culto religioso y tras otros dos cambios de civil a religioso, se volvió a retirar con la Tercera República. Hasta el día de hoy.
Para entrar al Panteón, lo tiene que proponer una institución cultural de altura, que puede ser la Academia Francesa o la Universidad de la Sorbona, por ejemplo. Esa proposición se traslada al presidente de la República, y el presidente consulta con su primer ministro y con el de Cultura. Se estudia, se valora, se comprueba que no haya un interés partidista o político detrás, se pregunta a los herederos, y si está todo el mundo de acuerdo, se crea una comisión para organizar el ingreso.