Una madre ha conseguido que el Reino Unido dé dos semanas de baja remunerada por la muerte de un hijo. La semana pasada el gobierno británico anunció una ley que establece el derecho a un mínimo de dos semanas de baja remunerada tanto para los progenitores que pierdan un hijo menor de dieciocho años como para aquellos en cuyo caso la madre sufra un aborto cumplidas las veinticuatro semanas de embarazo.
Según una información publicada en el diario digital Público firmada por Cristina Casero la 'ley de Jack' se ha establecido en memoria de un niño que murió en 2010 cuando tenía de 23 meses
“Se ahogó en un estanque solo unos días antes de celebrar su segundo cumpleaños. Su madre, Lucy Herd, no pudo hacer nada para salvarlo. Tampoco para paliar el dolor que su pérdida le causó en aquel momento ni la que le sigue causando hoy. Pero sí ha logrado que, como asegura ahora, "su pequeña vida vaya a ayudar a miles de personas". Ni siquiera habían enterrado aún a Jack cuando los jefes del entonces marido de Lucy lo llamaron para pedirle que se reincorporara al trabajo. A falta de una ley que estableciera lo contrario, podían hacerlo. Fue entonces cuando ella decidió canalizar todo aquel dolor en "garantizar que a ningún otro padre le dijeran que no podía faltar al trabajo para enterrar a su hijo", explica el periódico.
El diario Público también informa cómo se resolvería una situación parecida en España:
“En nuestro país el permiso remunerado por defunción de un familiar es un derecho recogido en el artículo 37.3 del Estatuto de los Trabajadores y pone al mismo nivel la muerte de un hijo que la de un cónyuge, suegro, hermano, abuelo, nieto o cuñado, ya que recoge ‘familiares de hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad’. En ese caso, y siempre que el trabajador lo avise y lo justifique previamente, podrá ausentarse con derecho a remuneración un mínimo de dos días y un máximo de cuatro días, si implica algún tipo de desplazamiento que no se especifica. Es exactamente el mismo permiso que por accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización de un familiar. Cierto es que, para no tener que depender de la buena voluntad de la empresa llegado el caso, los convenios colectivos de muchas empresas suelen ampliar dicho plazo o incluso establecer condiciones específicas”.
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