El único médico condenado por un caso de muerte asistida en España, el argentino Marcos Ariel Hourmann, presenta del 15 al 26 de enero su caso en la Sala Beckett de Barcelona, en una propuesta que pretende hacer de los espectadores el jurado popular que dicte, "desde la conciencia", su sentencia.
En cada una de las representaciones de "Celebraré mi muerte", nueve espectadores son escogidos al azar para subir al escenario y convertirse "en el jurado popular del juicio que nunca tuvo" el doctor, según La Beckett.
El actor Alberto San Juan, codirector de la obra "Celebraré mi muerte" junto a Víctor Morilla y responsable de piezas de teatro documental como "Ruz-Bárcenas" o "El rey", interroga en esta propuesta al doctor, quien "expone lo que ocurrió y cuáles son sus motivos para acabar con la vida de su paciente", anuncian desde el teatro.
El caso de Hourmann (Buenos Aires, 1959) se inició el 28 de marzo de 2005 en el Hospital de Tarragona, donde trabajaba, cuando una paciente octogenaria le suplicó "que acabase definitivamente con su sufrimiento". "El pronóstico daba una esperanza de vida de apenas unas horas" a la mujer, según la sinopsis de la obra, que coproduce el periodista Jordi Évole, quien entrevistó a Hourmann en 2016. "Sería muy hipócrita si dijese que lo volvería a hacer, porque las consecuencias fueron tremendas", declaró entonces el doctor al programa de Évole, "Salvados".
Hourmann hizo algo que no había hecho nadie ante en este país: dejó escrito en el informe lo que había pasado. Pocos meses después, Marcos recibió una notificación del juzgado: estaba acusado de homicidio. La familia nunca lo denunció, pero el hospital sí, y eso le podían suponer 10 años de prisión. Después de firmar un acuerdo con la Fiscalía, por el que renunció a juicio y fue sentenciado a un año de cárcel, no fue inhabilitado para el desempeño de su profesión, sino "repudiado por todos los hospitales españoles", según el Teatro del Barrio, donde se representó la obra el marzo pasado.
En la obra, el protagonista también aborda su posterior emigración a Inglaterra, donde trabajó "como médico hasta que la prensa británica descubrió su historia y lo bautizó como 'El Doctor Asesino'", por lo que volvió a España para trabajar como médico a domicilio para una mutua. El doctor Hourmann pretende provocar la reflexión de los espectadores, como ya lo hizo con la publicación de su libro "Morir viviendo, vivir muriendo" (2017).
Su colega Luis Montes, fallecido hace dos años, también fue absuelto en un juicio sobre presuntas sedaciones ilegales a pacientes del centro hospitalario en el que trabajaba en Leganés (Madrid) y presidió durante 9 años la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD).
La eutanasia activa solo es legal en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, mientras que otros países autorizan fórmulas como el suicidio asistido (facilitar la ayuda exterior necesaria para morir a quien quiere acabar con su vida pero no tiene medios para hacerlo), como es el caso de Suiza y el estado de Oregón (EE.UU.), o la eutanasia pasiva.