El reto de morir bien en el siglo XXI será el tema central de una jornada que se celebrará el próximo jueves 12 de diciembre en Valencia y reunirá a algo más de 200 profesionales de cuidados paliativos y de otras disciplinas de las ciencias humanas.
La jornada científica, que se celebrará en el Colegio de Médicos de Valencia y está promovida cada dos años por la Sociedad Valenciana de Medicina Paliativa (SVMP), servirá para reflexionar sobre el bienestar de las personas al final de la vida, según ha explicado a EFE Pablo Flors, vocal de la sociedad.
La crisis del modelo de cuidados en una sociedad cambiante, el final de la vida desde una perspectiva transcultural, la toma de decisiones compleja o el autocuidado de las y los profesionales sanitarios serán algunos de los temas a analizar.
Hoy en día, según ha indicado Flors, "morimos más dependientes, más solos, a veces más pobres, más tarde y con situaciones de menos calidad de vida. Y muchas veces el sistema sanitario no está adecuado a estas necesidades".
Las enfermedades donde son más habituales los cuidados paliativos son las más complejas desde el punto de vista ético, como los menores con dolencias incurables, los pacientes del entorno rural o los afectados por la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que tiene una evolución muy cruenta y a veces muy rápida que precisa una atención especializada al final de la vida. Para morir bien, asegura, "nos falta camino por recorrer" aunque afirma que aunque se hacen "grandes esfuerzos por mejorar la atención al final de la vida, especialmente desde recursos asistenciales y científicos, y desde las instituciones, falta recorrido por hacer en cuanto a formación, integración de recursos o empuje institucional". "La ciencia evoluciona hacia la curación y la supervivencia, y esto tiene una doble lectura: a veces no morimos a la primera, ni a la segunda, ni a veces a la tercera, y nos encontramos situaciones de 'encarnizamiento terapéutico' donde se alarga la vida hasta extremos que se consideran insufribles o poco dignos", ha indicado.
También ha reconocido que el envejecimiento progresivo de la población puede agravar la sostenibilidad del sistema y por ello, ha añadido, quieren afrontar ese dilema "no solo desde la perspectiva sanitaria, sino también sociológica, económica, ética y antropológica". "La experiencia nos dice que hay muchas personas que mueren de una forma más o menos digna pero otras muchas no", ha indicado el vocal de la Sociedad Valenciana de Medicina Paliativa, quien considera que se podría "mejorar muchísimo la atención que ofrecemos al final de la vida".
Según Flors, el suicidio asistido o la eutanasia no se pueden englobar estrictamente dentro de los cuidados paliativos, aunque son realidades que están próximas entre sí, y aclara que es importante tener una claridad conceptual de qué es cada cosa.
Los cuidados paliativos, ha explicado, supone una atención integral y multidisciplinar a personas con enfermedades incurables, irreversibles o de final de vida porque "atendemos a una sociedad moralmente plural".
El suicidio asistido consiste en ayudar o asistir a una persona que desea terminar con su vida y la eutanasia, en poner fin a la vida de una persona que está en situación de enfermedad irreversible y padece un sufrimiento que considera insoportable.
Estos dos últimos, precisa Pablo Flors, son conceptos "muy diferentes" a lo que es la sedación paliativa, que a día de hoy se considera "legal y una buena praxis" y que consiste en disminuir el nivel de conciencia de una persona que está en una situación de enfermedad muy avanzada cuando hay un síntoma que no se puede controlar de otra manera.
Efe.
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https://www.svmpaliativa.org/eventos/viii-jornada-svmp/