Asociaciones de víctimas, políticos, agentes sociales y ciudadanos recuerdan hoy a los 192 fallecidos por la explosión de once bombas colocadas en cuatro trenes de Madrid el 11 de marzo de 2004 por una célula yihadista, que semanas después se inmoló en un piso de Leganés donde murió un agente del GEO.
Los actos de homenaje del decimocuarto aniversario de la mayor acción terrorista en España, que por tercer año se conmemoran bajo alerta 4 antiterrorista, han arrancado a las nueve de la mañana en la Puerta del Sol con todos los representantes institucionales, en la placa que homenajea a los fallecidos, los heridos y a quienes les socorrieron aquel día.
A esa misma hora y durante cinco minutos, las campanas de las iglesias de la Comunidad de Madrid han repicado en homenaje a los fallecidos, a los que representantes madrileños de los sindicatos CC.OO y UGT, así como la Unión de Actores y Actrices y la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo rinden tributo a las diez de la mañana en la estación de Atocha, donde explosionó uno de los trenes.
Ya a mediodía, en el parque de El Retiro, se celebrará el tradicional homenaje que cada año organiza la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) con motivo del Día Europeo de las Víctimas en el que se leerá un manifiesto junto a los 191 cipreses y olivos que componen el Bosque del Recuerdo.
Por la tarde será el momento de las conmemoraciones en las estaciones de Santa Eugenia, a las seis de la tarde, y en El Pozo, a las siete, organizadas por la Asociación 11M Afectados del Terrorismo en colaboración con entidades vecinales.
En total 193 personas de 17 nacionalidades distintas -la española la más numerosa (143 víctimas)- perdieron la vida en los atentados perpetrados por Al Qaeda: 34 perecieron en el tren que explotó en la estación de Atocha; 63 frente a su paso por la calle Téllez; 65 en el de la estación del Pozo; 14 en el que estaba en la estación de Santa Eugenia y 16 en diferentes hospitales. La última murió en 2014 tras permanecer en coma diez años. A las 192 víctimas se sumó el policía del GEO Francisco Javier Torronteras tres semanas después, el 3 de abril de 2004, como resultado de las heridas sufridas cuando siete miembros del comando islamista autor de la masacre se suicidaron utilizando los explosivos que almacenaban en un piso de Leganés.
En la foto de archivo de Jesús Pozo, el Monumento dedicado a las víctimas en la Estación de Atocha.