martes, 23 de abril de 2024
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Revista Adiós

Un membrillero en su casa natal recuerda a Miguel Delibes en el tercer aniversario de su muerte

Publicado: domingo, 17 de marzo de 2013


 
La perenne vinculación de Miguel Delibes con la naturaleza, que recurrió a los árboles no sólo como solaz de paseante y recreo cinegético, sino también para referirse a la condición humana, quedó patente en el tercer aniversario de la muerte del autor con la plantación de un membrillero el pasado 12 de marzo en su casa natal en el número 12 de la Acera de Recoletos, en el centro histórico de Valladolid. El bajorrelieve es obra de la escultora Belén González. fundido en bronce como alegoría de vida, el árbol del membrillo, dorado por el sol de septiembre y cargado de fruto en sazón. Simboliza además la vigencia de un legado que rubrica la inscripción de la placa, que fue descubierta por varios hijos del novelista
 Desde el ciprés, como recordatorio de una vida tasada ("La sombra del ciprés es alargada") y la traicionera sombra de la nogala ("El disputado voto del señor Cayo"), hasta el manzano donde Daniel "El Mochuelo" se atrevió a quebrantar la norma ("El camino") y la encina donde Azarías ajustició a su manera al señorito Iván ("Los santos inocentes"), el árbol ha sido una constante en su narrativa. "Soy como un árbol, que crece donde lo plantan", subraya la vinculación naturalista de Delibes (1920-2010).
La casa donde vino al mundo el escritor el 17 de octubre de 1920, como el tercero de una familia de ocho hermanos, carecía de un recordatorio o indicativo de tal efeméride.
La Fundación Delibes prepara un libro basado en itinerarios sobre la vida y obra del autor.