domingo, 25 de mayo de 2025
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Revista Adiós

Estados Unidos es el país de las naciones ricas con más mortalidad de bebés, según un estudio de la OCDE

Publicado: miércoles, 10 de enero de 2018

Los investigadores compararon datos estadísticos de mortalidad de niños y adolescentes en Estados Unidos entre 2001 y 2010 con los de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza, Turquía y Reino Unido.
 
El riesgo de que un niño nacido en EEUU muriera en su primer año durante la primera década del siglo XXI fue un 76 % mayor que en otros 19 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Cuando la comparación se hizo con el grupo de edad de uno a 19 años, el índice de riesgo de muerte para los estadounidenses fue un 57 % mayor que el del resto, señala un estudio elaborado por investigadores del Hospital Johns Hopkins y publicado el pasado lunes en la revista Health Affairs.
Los investigadores compararon datos estadísticos de mortalidad de niños y adolescentes en Estados Unidos entre 2001 y 2010 con los de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza, Turquía y Reino Unido, los otros estados fundadores de la OCDE. La conclusión fue que, de los veinte países, Estados Unidos es el que tiene los peores índices. "Altos índices de pobreza persistentes, resultados educativos pobres y una relativamente débil red de seguridad social ha hecho de Estados Unidos el más peligroso país de las naciones ricas para el nacimiento de un bebé", indica el estudio. En una declaración remitida a Efe, el investigador Ashish Thakrar, uno de los autores del informe, subrayó que "desde los años 80 las estadísticas de mortalidad infantil en EEUU han sido más altas que en las otras naciones" del mundo desarrollado.
 
Los adolescentes también
 
El informe pone en evidencia que mientras los recién nacidos estadounidenses están bajo la atención del sistema de salud pública, es decir en los primeros días de vida, no hay diferencias con otros países del mundo desarrollado en cuanto al riesgo de muerte. Sin embargo, la diferencia comienza a aparecer pasados estos primeros días y durante el primer año de vida de los bebés, cuando quedan al cuidado de sus padres o tutores. Para la investigadora Alice Chen, de la Universidad del Sur de California, la desventaja de mortalidad posneonatal obedece a "los pobres desarrollos de los nacimientos entre personas con estatus económico más bajo".
Al respecto el estudio indica que el riesgo de muerte en los primeros días es mucho menor, pues "los recién nacidos reciben una atención médica de alta calidad", pero esta situación varía sustancialmente en personas de bajos recursos cuando salen del hospital y tienen que cuidar al bebé en su propio entorno.
El problema también se acrecienta entre la población adolescente al comparar los indicadores de los 20 países fundadores de la OCDE. Thakrar resaltó que entre 2001 y 2010 los chicos estadounidenses entre 15 y 19 años presentaron un riesgo "82 veces más alto de morir a causa de homicidio con un arma" que los de los otros países de la organización. Otra de las causas señaladas por el estudio para el alto índice de muertes de adolescentes fueron los accidentes automovilísticos. Aunque la investigación destaca que "un reporte de seguridad vial y accidentes encontró que en EE.UU. las muertes de carretera se redujeron un 23 % de 2000 a 2011", mientras que en los otros 19 países de la OCDE los descensos fueron de un 26 a un 64 %. Los investigadores sugirieron que las "políticas de prevención se deben enfocar en los bebés (hasta cuando comienzan a caminar) y en los adolescentes entre 15 y los 19 años".
 
3.500 bebés mueren al año por problemas relacionados con sueño
Unos 3.500 bebés mueren al año en los Estados Unidos a causa de problemas relacionados con el sueño que pueden ser prevenidos siguiendo unas recomendaciones básicas, según una información dada a conocer ayer por los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC). La directora de los CDC, Brenda Fitzgerald, obstetra y ginecóloga, advirtió de que todavía y "desafortunadamente" son muchas las muertes de bebés por causas como el Síndrome de Muerte Infantil Súbita (SIDS, por sus siglas en inglés), ahogo accidental y otras relacionadas con el sueño.
El riesgo persiste, según un nuevo informe de la serie Signos Vitales de los CDC en el que se destaca que en la década de los años 90 hubo "agudos" descensos en las muertes de bebés mientras dormían a consecuencia de una campaña nacional con ese fin, pero después el ritmo de disminución se ralentizó. Fitzgerald reiteró la importancia de las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para que los bebés duerman de manera segura: boca arriba, sin juguetes, en una superficie sin mantas, almohadas y otros objetos suaves sueltos y en su propia cuna. "Estas estrategias ayudarán a reducir el riesgo y a proteger a los bebés del daño", indicó la directora de los CDC.
Según el informe Signos Vitales, el 22 % de las madres no coloca al bebé boca arriba para dormir y el 39 % deja elementos como almohadas y mantas en el lugar donde el niño duerme. El dato más llamativo es que el 61 % comparte cama con el bebé, cuando lo recomendable es que se comparta habitación pero que el niño tenga su propio lugar para dormir. El 84 % de las madres pertenecientes a pueblos nativos o los de Alaska (84 %) comparte cama con su bebé. Les siguen los estadounidenses de origen asiático o de islas del Pacífico (77 %), los afroamericanos (77 %), los hispanos (67 %) y los blancos (53 %).
En el caso de la recomendación de hacer dormir al bebé con la espalda apoyada sobre la cama, son los afroamericanos los que menos la siguen (38 %), seguidos de los hispanos (27 %). El estudio analiza por separado cómo siguen las recomendaciones distintos grupos de edad y revela que las madres más jóvenes (de 19 años o menos) son las que actúan de una manera más incorrecta.
El 30 % de esas madres no pone al bebé boca arriba para dormir, el 77 % comparte cama con su hijo y el 49 % no aleja del lugar del bebé los materiales blandos y suaves.