Fue en el Hospital Universitario de Asturias cuando los funerarios y el auxiliar de la forense vieron que se movía y roncaba bajo el sudario, según cuenta La Nueva España.
Un recluso de la prisión de Asturias, que se llama Gonzalo Montoya Jiménez, había supuestamente fallecido e incluso los médicos habían certificado la defunción. Poco después cuando el forense iba a llegar al lugar para realizarle la autopsia comprobaron que estaba vivo. El recluso se encuentra se encuentra ahora recuperándose de su presunta muerte en el Hospital Universitario Central de Asturias. El descubrimiento de que estaba vivo lo cuenta el diario La Nueva España de Oviedo lo así: “Los operarios de la funeraria y el auxiliar de autopsias -la forense aún no había llegado al Instituto de Medicina Legal- empezaron a ver que el "cadáver" se movía en el sudario, y que además emitía ronquidos”.
La información ha aparecido esta mañana en el diario La Nueva España firmada por L.Á Vega y en ella se dice que el caso es menos raro de los que pueda parececer, aunque haya causado estupor entre los funcionarios de la prisión ya que, según cuenta el diario “La dirección de la cárcel llegó a ponerse en contacto con los familiares del recluso para comunicarle un fallecimiento que finalmente no fue. Luego, al comprobar que no había fallecido, los parientes se mostraron indignados con lo ocurrido”.
La información completa se puede leer en el siguiente enlace:
http://www.lne.es/sucesos/2018/01/08/preso-dado-muerto-resucita-le/2219331.html