Publicado: viernes, 01 de marzo de 2013
La Gaurdia Civil ha detenido a un hombre que se ha dedicado durante más de quince año a expoliar ajuares funerarios en la zona de Aranda de Moncayo en Zaragoza. Su botín fue durante mucho tiempo a las manos de coleccionistas alemanes. Se suponen que miles de piezas arqueológicas del yacimiento celtíbero de Araticos (Zaragoza) fueron vendidas a entendidos alemanes que las compraban por conocer su gran valor.
Aranda de Moncayo es una localidad zaragozana de poco más de doscientos habitantes que cuenta con uno de los yacimientos celtíberos más importantes. El detenido salía a los alrededores del municipio con rastreadores de metales y cuando encontraba piezas que podían ser valiosas las extraía con material quirúrgico, relatan los investigadores.
Su mayor actividad tuvo lugar hace años, antes de que muriera un adinerado empresario alemán al que presuntamente surtió de todo tipo de piezas, pero "debía seguir con ese gusanillo de seguir buscando cosas" y al ser arrestado tenía más de 4.000 objetos en tres viviendas, según ha explicado uno de los responsables de la operación de la Guardia Civil.
Estaban en viejas y oxidadas cajas de galletas, de comida de bebés y botes de cristal que la Guardia Civil encontró esparcidas por las tres casas registradas, en unas condiciones que seguramente habrían consternado a sus entendidos compradores alemanes.
La mayoría son objetos celtíberos (siglos VII a I antes de Cristo), como monedas, dedales y sobre todo restos de ajuares funerarios como cascos, fíbulas (pasadores para sujetar la ropa), adornos para el pecho o hebillas de cinturones. También hay piezas de la época romana y de siglos posteriores hasta el XIX.
El teniente coronel Óscar Fernández Camacho, portavoz de la Jefatura del Seprona de la Guardia Civil, ha dicho que se trata de un hallazgo de valor "incalculable", aunque ahora los expertos tendrán que tasarlo y comprobar su origen.
La denominada operación Helmet comenzó hace nueve meses, cuando la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo comunicó a la Guardia Civil que se iban a subastar objetivos de patrimonio histórico español en Alemania, por lo que había que investigar su origen para evitar tanto ese tipo de subastas como el expolio.
Una vez "cazado", ha colaborado con los agentes en la recolección de todas las piezas que tenía dispersas por todas las estancias de esas viviendas. La detección de su actividad fue complicada porque se trata de una zona con poca población, en la que los agentes no pueden actuar sin ser vistos.
Los celtíberos eran fundamentalmente guerreros y por eso muchas de las piezas halladas ahora son proyectiles de onda de plomo o puntas de lanza, aunque se estima que los compradores alemanes adquirieron hace tiempo lo más valioso.
El rico empresario alemán al que supuestamente más surtía el detenido tenía contratado a un experto que restauró un casco defensivo de alto valor, y que podría haber sido vendido por varios miles de euros en una subasta.