Milán prepara el funeral de Humberto Eco, que será en la tarde del martes en el Castillo Sforzesco, frente a su casa en la que ha muerto y será una ceremonia laica. El corresponsal de la agencia AFP, Ángel Gonzalez Fuentes, explicaba sobre la laicidad del escritor, en una crónica de ayer, que Humberto Eco “fue educado en una escuela religiosa de salesianos y en su época universitaria fue un líder activo del movimiento de la Acción Católica, doctorándose en Turín en filosofía e historia medieval con una tesis sobre Santo Tomás de Aquino, quien lo condujo a dejar de creer en Dios y al abandono definitivo de la Iglesia católica”. Al menos, así es como lo contó el autor de “El nombre de la rosa” con cierta ironía: “Se puede decir que él, Tomás de Aquino, me curó milagrosamente de la fe”, decía Gómez Fuentes.
Sobre el funeral, su editor y agente literario, Mario Andreose, ha comunicado las intenciones de la familia: su mujer, Renate Ramge -una profesora de arquitectura de origen alemán-, y sus hijos, Carlotta y Stefano han deidido que sea una ceremonia de una hora, muy sobria y con brevísimas intervenciones de sus amigos íntimos. Posteriormente, los restos de Eco serán incinerados.