Publicado: domingo, 31 de enero de 2016
David Bowie pidió ser incinerado en Bali y que sus cenizas fueran esparcidas en un rito budista. Su deseo, conoció solo tras su muerte, fue revelado el viernes por The New York Post, según publica hoy Diario de Navarra.
El periódico neoyorquino afirmó también que Bowie dejó la mitad de su fortuna, estimada en 100 millones de dólares, a su viuda, la supermodelo de origen somalí Imán, que se quedará con su casa en el elegante Soho de Nueva York. Los dos hijos del cantante, el realizador Duncan Jones y la adolescente Lexi, se dividirán la otra mitad de la herencia, de la que también se benefician un ayudante personal de Bowie y la antigua niñera de Duncan. El testamento que el legendario cantante y compositor depositó ante un tribunal de Manhattan fue leído el viernes, según informaron el sábado varios medios estadounidenses. Bowie dejó escrito que en el caso de que no resultara "práctico" el traslado de sus cenizas a Bali, estás podrían ser esparcidas en cualquier otro sitio, aunque siempre siguiendo los rituales budistas.