Publicado: domingo, 28 de junio de 2015
Argentina quiere que Francia le devuelva los restos, en realidad se trata de un cráneo, del cacique tehuelche Sakamata-Liempichum, que se exhiben en el Museo del Hombre de París, y que dos comunidades indígenas del sur del país reclaman para cerrar una herida histórica.
El reclamo nació de dos comunidades tehuelches, una en el extremo oeste de la sureña provincia argentina de Chubut y otra del lado del este. El cráneo fue llevado a Europa por el conde Henry de la Vaulx, un explorador francés que en 1896 profanó la tumba y volvió a Francia con el esqueleto, el ajuar funerario y joyas de plata.
Más de un siglo después, el trabajo realizado con los Sakamata y los Liempichum para fundamentar su petición ha sido fundamental para que la Cancillería argentina pueda proceder a reclamar los restos a Francia, según Fernando Miguel Pepe, coordinador del colectivo de antropólogos GUIAS. "Las comunidades están una en cada extremo de la provincia y no se conocen entre sí. No hemos logrado reunirlos a todos juntos", explica Pepe a Efe.
Después de tres años de labor con los Sakamata y con los Liempichum, se ha terminado el proceso de consulta entre las familias que esperan la restitución, según el investigador.
Además de reunir documentación, "elaboramos una táctica y una estrategia" para argumentar la reclamación, continúa.
No es el primer caso que el colectivo GUIAS lleva adelante: desde 2008, el equipo que integra Pepe se especializa en las restituciones de restos de indígenas que fueron exhibidos hasta hace poco en museos de ciencias naturales de Argentina, en especial el de La Plata, la capital bonaerense. "Prisioneros de la ciencia", los llama Pepe, porque son indígenas que fueron capturados vivos durante la llamada "Conquista del desierto", una expedición militar a la Patagonia argentina contra los pueblos originarios realizada entre 1878 y 1885.
Los indígenas fueron exhibidos en vida y sus restos, a medida que los capturados morían, comenzaron a poblar las vitrinas de los museos. "Nos conformamos como equipo de investigación y sacamos esto a la luz. Por el impacto que causó logramos retirar los restos de la exhibición y empezamos a restituirlos", sostiene.
Con el mismo nombre de "prisioneros de la ciencia", GUIAS ha comenzado una exposición por distintos puntos del territorio, incluido el Espacio para la Memoria que ocupó la Escuela de Mecánica de la Armada, la ESMA, el mayor centro clandestino de detención y tortura durante la última dictadura militar, porque, sostiene Pepe, este tipo de demandas también se enmarca en una política de derechos humanos.
El cacique Sakamata Liempichum, apunta el coordinador de GUIAS, también es un prisionero, en este caso exhibido en otro continente, al que llegó por el robo de De la Vaulx tras su paso por la Patagonia. Sin embargo, todo el proceso de restitución puede tardar todavía más de un año y no se puede adelantar cuándo volverán los restos al país, remarca Pepe. "Se habló con el museo de Francia. Eso es fundamental y nos alentó a hacer el camino y el recorrido por las comunidades", reconoce el antropólogo.
Aunque Francia no ha notificado oficialmente qué hará cuando reciba la solicitud, Pepe confía, por "declaraciones informales", en que existe una predisposición para devolver los restos.
Los esperan en dos lados opuestos de Chubut: el linaje de los Sakamata los solicita formalmente y será el que los reciba, mientras que los Liempichum preparan su territorio pegado a la Cordillera de los Andes, donde el cacique sería nuevamente enterrado, después de más de un siglo, con el ritual funerario propio de la comunidad.
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http://www.museedelhomme.fr/fr/collections/ensembles-collections/anthropologie-biologique