jueves, 29 de mayo de 2025
Enalta
Revista Adiós

José María Álvarez del Castillo, (Chicho Castillo), Jugador de Rugby y actor. 60 años

12 de junio de 2020

Just Chicho
Decía Juan Carlos Onetti que «La gente absurda y maravillosa no abunda; y las que lo son, es por poco tiempo, en la primera juventud. Después comienzan a aceptar y se pierden». Chicho nunca aceptó y nunca perdió el absurdo maravilloso de esa primera juventud que le acompañó hasta el final de sus días, cuando se construyó una isla particular, que seguro que se parecía a su Gran Canaria natal, en una habitación del hospital que no pudo devolvérnoslo con vida. Un final temprano que nos ha privado de años de risas, de diversión y de ingenio.
Un ingenio generoso, pues nada le complacía más que compartir con todos, conocidos y ajenos, su alegría, sus anécdotas, sus brindis rebrindis, sus copas de copindis y sus copindis de copa. Y el que no diga brindis rebrindis copa de copindis, copindis de copa, no bebe ni gota. Y esto con la a, con la e, con la i, con la o y con la u. Así, en cada ocasión que tenía para ello durante los cuarenta años que estuvo ligado a nuestras vidas. Y ese brindis rebrindis, que siempre era el mismo, cada año que pasaba sonaba todavía más gracioso.
Chicho vivió “solamente” sesenta años, pero consiguió estirar la vida como nadie: hizo de estudiante, de abogado, de empresario, de camarero, de actor, de locutor de radio, de comentarista de televisión, y de más cosas que seguro que se me olvidan. Cierto es que todo lo hizo a su manera: como estudiante vivió la Universidad más en el campus que en las aulas; como abogado nunca vio la necesidad de terminar la carrera de Derecho ni de colegiarse; como empresario tampoco se puso como meta ganar dinero; y como actor, aunque su gran papel fue su vida misma, su cara nunca adornó los cines de la Gran Vía; ellos se lo han perdido. Y además, por si todo esto fuera poco, sacó un espacio de su ordenada vida caótica para casarse con Ana, aunque, por supuesto, sin pasar por la vicaría.
Pero todo esto fue solo lo que hizo. Porque lo que Chicho fue en esencia y por encima de todo, es jugador de rugby. Y como jugador de rugby va a seguir siempre en nuestra memoria y en nuestros corazones. Cada vez que salgamos al campo le vamos a ver entre nosotros, jugando de ocho y saltando la corta, como le gustaba. Y cuando levantemos una jarra de cerveza después del partido, siempre habrá un brindis rebrindis para él. Ya no será tan gracioso, claro, pero nos servirá para recordar los que sí lo fueron y para lamentar los que ya no podrán ser.
Chicho se llamaba en realidad José María Álvarez del Castillo y Martín, pero enseguida cambió su nombre a Chicho, porque José María Álvarez del Castillo y Martín se le quedaba muy pequeño.

 Tus compañeros y amigos del Canoe de rugby.