03 de julio de 2023
El ornitólogo británico Tom Gullick, pionero en el estudio y conservación de las aves y la primera persona que en 2012 logró ver más de 9.000 especies de aves de las 10.700 que se estima existen en el mundo, falleció el pasado martes a los 92 años en Villanueva de los Infantes, municipio de la provincia de Ciudad Real donde vivía desde hace décadas.
Gullick, que alcanzó este récord mundial al ver la paloma de la fruta, una especie endémica de Wallace, en las islas Tanimbar, en Indonesia, logró en ese viaje llegar a observar 9.047 especies.
El británico, que estaba considerado el mejor observador mundial desde 2008, se dedicó durante más de 40 años a la observación de aves por el mundo y fue uno de los pioneros en impulsar el turismo ornitológico, una actividad que practican 80 millones de personas en el mundo.
Gullick, que vivía en la comarca del Campo de Montiel en Ciudad Real, se enamoró de La Mancha por la diversidad de aves que se podían observan en ella, ha explicado a Efe José Guzmán, ornitólogo y amigo personal del británico.
Guzmán ha recordado que Gullick fue una persona muy involucrada en la conservación de espacios naturales como la Laguna de Majavacas (Cuenca) y especies, algunas tan señeras en España como la malvasía cabeciblanca y el águila imperial, y que aportó recursos personales y económicos para ello.
Todo esto lo hizo después de concluir su actividad profesional desarrollada como oficial de la Royal Navy, tras lo cual también estuvo ligado a la gestión cinegética.
Guzmán ha explicado a Efe que Tom Gullick murió "feliz y tranquilo" el pasado martes, aunque su funeral tuvo lugar el pasado sábado en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).
José Jiménez García-Herrera, que fue director del Parque Nacional de Cabañeros, director del Organismo Autónomo Parques Nacionales y director general de Medio Natural y Política Forestal, ha dicho sobre Gullick que tras muchas especies amenazadas hay increíbles historias de conservación, ilusión y lucha, pero "pocos saben que en muchas de ellas aparece su nombre como apoyo, referencia e incluso como protagonista".
Jiménez, que fue amigo de Tom Gullick, lo recuerda como un inglés en La Mancha, apasionado de la perdiz roja, y una "persona clave a nivel mundial en la conservación de muchas especies". "Sus conocimientos de campo eran absolutamente extraordinarios, no en balde era la persona que más especies de aves había visto en el mundo, más de 9.000".
Recuerda cómo se conocieron hace treinta años y cómo le escribió una nota tras unos trabajos en las lagunas manchegas y le invitó a su casa de Villanueva de los Infantes para hablar de malvasías, pagazas, elanios, águilas imperiales y todas las especies que, "como una enciclopedia inagotable, conocía apasionadamente". "Su contribución a la ciencia, con el redescubrimiento de varias especies que se creían extinguidas en Sao Tome y Etiopía, queda en un segundo plano ante su extraordinaria aportación a la conservación de la naturaleza", ha destacado. "Solo por poner un pequeño ejemplo, cuando la administración pública dedicada a la conservación de la naturaleza en España estaba en sus inicios, él ya estaba pagando de su bolsillo a guardas de fincas privadas para conservar los nidos de águila imperial, convirtiéndolos en auténticos tesoros", ha comentado.
En 2017, Tom Gullick donó su biblioteca personal a la Fundación Migres, donde hoy día sus libros ocupan un lugar destacado.