Concurrimos al “Mejor Cementerio” por considerar que esta categoría del concurso es la que mejor se identifica con el vasto patrimonio histórico, artístico y cultural que la necrópolis de Las Ruedas atesora, con la pretensión, además, de prolongar esos usos de hace dos mil años, en los espacios habilitados a tal fin en las áreas de “Sertorio” y “Cierva blanca”, los cuales garantizan la prestación adecuada de servicios funerarios, honrando la memoria colectiva y conectando con la comunidad. “No hay inmortalidad, hay memoria. Y esa es la misión de los que venimos después”.
Ubicación del cementerio de Las Ruedas
La necrópolis vacceo-romana se localiza en el término municipal de Padilla de Duero, pedanía de Peñafiel, en el extremo oriental de la provincia de Valladolid. Este cementerio corresponde a la ciudad de Pintia, citada en el Itinerario de Antonio Pio y localizada entre Roa de Duero (Rauda) y Tudela de Duero (Tela), en la vía 27 que unía Zaragoza (Caesaragusta) con Astorga 3 (Asturica Augusta). El yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural en 1993 y su necrópolis es la única conocida y estudiada de la región vaccea.
Descripción de las acciones realizadas y del impacto positivo de la intervención
En 1984 la concentración parcelaria alcanzó al término municipal de Padilla de Duero. Desde un punto de vista patrimonial, su consecuencia fue dramática por cuanto la necrópolis vacceoromana de Las Ruedas fue puesta en cultivo. Hasta entonces, la baja rentabilidad agrícola de esas tierras había determinado la plantación de viñas, cuyo laboreo se realizaba con animales. La introducción del arado de tracción mecánica a partir de aquel momento supuso la remoción de numerosas estelas funerarias y la emergencia en superficie de abundantes restos materiales arqueológicos correspondientes a las tumbas destruidas y alteradas que aquellas señalizaban.
A partir de entonces, la degradación causada por el arado y por las acciones furtivas se ha mantenido, con diferente intensidad, hasta el presente. El lugar llegó a convertirse en un verdadero paraíso de los expoliadores, y así en febrero de 1990, en un solo fin de semana, unas veinte personas armadas con detectores de metales realizaron 1.012 hoyos furtivos en una hectárea de superficie, obteniendo un botín presuntamente rico a juzgar por algunos de los montones de metales olvidados y por otros subastados años más tarde en Munich. A la tragedia del acto delictivo se une la mirada indolente de varios vecinos de Padilla de Duero que fueron testigos del mismo sin conceder importancia a lo que allí sucedía.
Este breve relato, sobre la situación de partida, muestra el valor que la ciudadanía confería a la parcela donde se ubica la necrópolis vacceo-romana de Pintia: no otro que el pecuniario, ya fuera agrícola o expoliador.
Tras cuarenta y cinco años de investigaciones, estamos en condiciones de afirmar que la riqueza patrimonial que atesora la Zona Arqueológica Pintia, en particular su necrópolis de Las Ruedas, constituye un legado excepcional, recibido dos mil años después de su gestación. Su preservación resulta crucial, habida cuenta la magnitud de los males que la acechaban y que, en buena medida, siguen presentes. La consecución de este objetivo ha tenido como ejes principales de acción, el conocimiento, la rehabilitación del paisaje funerario y la sensibilización social.
De esta forma, en una superficie de unas dos hectáreas y media (de las seis que ocupó esta necrópolis) se ha rehabilitado el paisaje cementerial, incorporando una serie de hitos que facilitan la comprensión de los valores patrimoniales que atesora. Un recorrido compuesto por 18 puntos, susceptible de ir creciendo a medida que las investigaciones arqueológicas proporcionen nuevos elementos de interés. Junto al referido itinerario, se ha acondicionado también un espacio didáctico, dirigido a niños de 7 a 14 años, constituido por seis catas con réplicas arqueológicas. A través del programa educativo, designado Proyecto Doceo. Aprendiendo arqueología en Pintia, cerca de mil niños pasan todos los años por dichas instalaciones y, mediante diversos talleres participativos, comprenden el valor del patrimonio arqueológico aquí existente, al tiempo que realizan las exequias funerarias de Attio, un vacceo cuyo nombre quedó indeleblemente registrado en una de los escasos epígrafes existentes. También es necesario destacar la construcción de una estructura de tipo columbario, a modo de Memorial vacceo, donde se disponen, una vez estudiados, los restos óseos cremados de vacceos y romanos exhumados en el desarrollo de nuestras excavaciones. Igualmente, cabe destacar su integración en la “Senda del Duero”, una senda verde que recorre el valle.
Asimismo, en las visitas guiadas cursadas durante todo el año a demanda se procura transmitir los elementos clave del mundo vacceo y la necesidad de preservar este legado patrimonial que a todos nos pertenece, con particular atención a la expresión funeraria plasmada en el cementerio de Las Ruedas.
Estas y otras acciones (cursos de verano, ciclos de conferencias, participación en la Jornadas Europeas de Arqueología, sede itinerante del Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa (FICAB), etc.) han llevado a un cambio radical de mentalidad en la ciudadanía con respecto del yacimiento. Citaremos como ejemplos de dicha transformación, 4 una nueva actitud frente a la presencia de cualquier desconocido sospechoso de acometer acciones furtivas, avisando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o a los propios responsables de la investigación del enclave. Asimismo, cabe destacar la creación de un “área de memoria” o de cenotafios, donde los vecinos de Padilla de Duero y amigos de Pintia han ido disponiendo una serie de placas cerámicas que recuerdan a sus seres queridos.
Como consecuencia de estas y otras acciones se ha conseguido crear un valor añadido y donde antes solo se veía una tierra de labor, en la actualidad el ciudadano adquiere consciencia del legado patrimonial allí existente. Asimismo, las acciones furtivas de teledetección pueden considerarse prácticamente erradicadas de esta zona del yacimiento.
Justificación de la propuesta de candidatura y de categoría
Justificamos nuestra propuesta de candidatura en la categoría de “Mejor cementerio” en virtud de la transformación que se ha operado en dos de las tres parcelas que ocupa el excepcional cementerio de Las Ruedas, pasando de un uso agrícola a otro patrimonial, merced a la valorización del legado vacceo que este espacio atesora. Asimismo, en la recuperación del uso cementerial al poderse alojar en la actualidad no solo cenotafios, sino también incineraciones tanto de personas como de mascotas.
Dicho cambio de uso se ha podido realizar por la adquisición de una de esas dos parcelas por la Junta de Castilla y León en los inicios de los años noventa y de la otra por parte de quien esto suscribe en 2005, como investigador principal del llamado Proyecto Pintia.
El paisaje funerario ha sido construido gracias a un trabajo colaborativo de personal y alumnos universitarios, gentes de Padilla de Duero, voluntarios pintianos y miembros de la Asociación Cultural Pinita, realizado, pues, con grandes dosis de ilusión y costes económicos muy bajos. La sostenibilidad del proyecto ha basculado en un marcado concepto de reciclaje de estructuras, entre las que destacan un graderío con capacidad para más de doscientas personas que, desalojado del campus universitario, fue trasladado al cementerio, y en cuyo espacio se han realizado multitud de eventos para difundir los valores patrimoniales del enclave (una de esas actividades consistió, por ejemplo, en la representación nocturna de las escenas de cementerio de Don Juan Tenorio).
De esta forma hemos conseguido la transformación de un espacio visualizado como parcela de cultivo a otro de acusado valor histórico-patrimonial.
Un cementerio es un lugar de memoria, un espacio compartido por vivos y muertos. La filosofía de la actuación sobre este singular cementerio se basa en esa idea principal, expresada por otras comunidades y pensadores de manera magistral:
«Muchas sociedades africanas dividen a hombres y mujeres en tres categorías: los que aún viven en el mundo, los sasha y los zamani. Los fallecidos recientemente, cuya estancia en la tierra ha coincidido con la de quienes aún están aquí, son los sasha, los muertos vivos. No están muertos del todo, porque aún alientan en la memoria de los vivos, que pueden visualizarlos mentalmente, pintar su retrato o darles vida contando sus anécdotas. Cuando muere la última persona que ha conocido a un antepasado, éste abandona a los sasha y se une a los zamani, los muertos. Como antepasados genéricos, los zamani no caen en el olvido, sino que son venerados. Muchos (…) son recordados por su nombre. Pero no son muertos vivos. Hay una diferencia» (James Locwen, Lies my teacher told me).
«La función de la memoria está intrínsecamente ligada a una de las características del sujeto: su dependencia del pasado, la imposible abdicación de su pasado, del saber indeclinable que uno es lo que “ha ido siendo” y que se añadirá a los que le precedieron. Así nos reconocemos en tanto que sujetos con historia, la nuestra), o más exactamente, con biografía (…). Una vez que uno muere sobrevive si sobrevive en el recuerdo de los demás. Cuando todos los que nos recuerden perezcan, habremos muerto definitivamente. Lo que significa que tener memoria del otro, recordarlo, es dotarlo de existencia. Todos ansiamos sobrevivir aquí –que se sepa no hay ningún otro sitio donde esto pueda tener lugar-, y eso sólo podemos lograrlo en la memoria 5 de los demás (…) No hay pues inmortalidad, hay memoria. Esta es la misión de “los que venimos despues”» (Carlos Castilla del Pino).
En suma, hemos procurado recuperar los usos de este espacio cementerial. Su prolongada utilización entre los siglos V a.C. al II d.C., es decir, durante más de seiscientos años, han hecho de este cementerio un unicum, con una prodigiosa riqueza patrimonial correspondiente a la principal etnia prerromana que constituyó el sustrato de la población que habitó el sector central de la cuenca del Duero. Aunque el último testigo de ese mundo vacceo hace muchos años que murió y ni tan siquiera les hemos conservado en la memoria colectiva como una suerte de “zamanis”, mediante dicha actuación hemos pretendido “revivir” a esos antepasados nuestros y “reconocernos en tanto que sujetos con historia, la nuestra, o, más exactamente, con biografía”.
La actuación sobre el paisaje funerario creemos que ha funcionado positivamente. La presencia de incineraciones y cenotafios contemporáneos, junto a los primigenios enterramientos de vacceos y romanos, hablan bien a las claras del aprecio ciudadano alcanzado y, colateralmente, de la desaparición de furtivos buscatesoros.
Descripción del bien patrimonial, incluyéndose síntesis histórica, valor y significado, nivel de protección patrimonial del bien o de la zona
Las Ruedas es el cementerio correspondiente a la ciudad vacceo-romana de Las Quintanas, tradicionalmente identificada con la ciudad de Pintia, ubicada en los términos municipales de Padilla de Duero/Peñafiel y Pesquera de Duero, en el oriente de la provincia vallisoletana, como ya queda dicho.
El yacimiento arqueológico se descubre para la historiografía hace 150 años, si bien será el hallazgo de su necrópolis a finales de los años setenta del siglo pasado, el que determine el inicio de un plan de investigaciones desde la Universidad de Valladolid. A través del mismo se deriva la importancia de este bien patrimonial y, así, en 1987 se incoa expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural en su categoría de Zona Arqueológica, resolviéndose positivamente el 9 diciembre de 1993. La Zona Arqueológica Pintia incluye unas 125 ha de extensión, incorporando a su delimitación el hábitat de Las Quintanas (25 ha), dotado de un complejo sistema defensivo de más de un kilómetro de perímetro que incluye muralla de siete metros de anchura, berma y tres fosos consecutivos con un campo minado (1 ha); necrópolis de Las Ruedas, de unas 6 ha de extensión y seiscientos años de uso; ustrinum común de Los Cenizales, de unas 2 ha de extensión, conformado por grandes acumulaciones de cenizas resultantes del ritual de cremación en piras funerarias de los cadáveres; barrio artesanal de Carralaceña (6-8 ha), dotado de zona residencial, necrópolis y área de talleres y alfares; y toda una serie de basureros, arrabales extramuros, presunto santuario, etc.
La historiografía sobre el mundo vacceo carece de peso específico, lo que explica que el primer y único cementerio conocido de la extensa región vaccea haya sido precisamente este de Las Ruedas, en un momento próximo al final del siglo XX, cuando quien esto suscribe publica su tesis doctoral. Tal circunstancia no es baladí, por cuanto la construcción étnica de los pueblos prerromanos ha sido tradicionalmente elaborada a partir de la cultura material recuperada en sus cementerios, contexto por el que los arqueólogos se han sentido muy atraídos al procurar materiales excepcionales y bien conservados que ofrecen criterios de datación relativa imprescindibles y permiten perfilar las identidades del pasado.
El yacimiento de Pintia, y su necrópolis en particular, se constituye pues en un unicum dentro del estudio de la etnia prerromana vaccea. Este pueblo habitó el área central de la cuenca del Duero entre los siglos V al I a.C., en una extensión de 45 000 kilómetros cuadrados de superficie; actualmente, este territorio abarcaría a ocho de las nueve provincias de la comunidad autónoma de Castilla y León, quedando excluida la de Soria. La peculiaridad de este vasto espacio, caracterizada por su relieve, su geología y su clima mesetario, constituye un marco de referencia que atraviesa los siglos y los milenios, en lo que Fernand Braudel denominó el tiempo largo de la Historia, y al que los vacceos se adaptaron como no se había hecho anteriormente. De tal suerte que consiguieron mantener su legado hasta, al menos, 6 mediados del siglo XX, y en algunos aspectos alcanzando la actualidad; no cabe sino percibir, determinadas claves culturales heredadas, en el paisaje y en las costumbres tales como la arquitectura del barro, el cultivo especializado del cereal, el banquete y el vino como elementos de cohesión social, etc.
En un panorama de débil pulso historiográfico para el conocimiento de la etnia vaccea, no cabe duda de que la Zona Arqueológica Pintia se haya convertido en el asentamiento más celebrado y que mayores y mejores datos ha proporcionado para superar ese vacío. Las excavaciones realizadas entre 1985 y 2024 (en un total de treinta y cuatro campañas), en este emblemático lugar, y en particular en su necrópolis nos han procurado materiales que resultan infrecuentes en otros contextos como los habitacionales, sobre todo vinculados al trabajo de la metalistería, prodigándose las armas (espadas de tipo Miraveche, puñales de tipo Monte Bernorio y de filos curvos, caetrae o escudos circulares y puntas metálicas de lanza y jabalina), los elementos de adorno personal (fíbulas, broches de cinturón, colgantes, etc.) y otros relacionados con el banquete funerario (espetones, parrillas, trébedes, pinzas para el fuego), a veces miniaturizados. El cementerio de Las Ruedas cuenta, por ejemplo, con la colección más nutrida de toda la península Ibérica, después de la de Numancia, de fíbulas o imperdibles, con cerca de cuatro centenares de ejemplares. La alfarería muestra asimismo una variedad de tipos, formas y decoraciones que expresa la alta calidad técnica y estética alcanzada en este campo por los vacceos.
La riqueza patrimonial acumulada en este espacio cementerial, fruto de su prolongado uso durante unas veinticuatro generaciones cuyos rituales funerarios podían incluir ricos ajuares y ofrendas, llegando a superar algunos el centenar de objetos, deberían haber resultado lo bastante elocuentes para haber erradicado por completo las acciones del arado de su superficie. Lamentablemente de las tres parcelas que integran este cementerio, una de ellas sigue siendo cultivada en la actualidad, lo que ha determinado su inclusión en la Lista Roja de Hispania Nostra. Protección de Iure que no de facto. La Junta de Castilla y León (y el propio Ayuntamiento de Peñafiel, del que depende la pedanía de Padilla de Duero) aparte de poner dos carteles de señalización en los años noventa del siglo pasado, no ha mostrado interés alguno por este bien patrimonial estratégico, lo que no deja de ser sorprendente. En este sentido, creemos que la obtención de un premio como el que se promociona desde ENALTA podría constituir un impulso importante para el conocimiento y difusión de este bien patrimonial todavía no suficientemente promocionado.
Elementos relevantes del proceso de intervención
De carácter general:
- Progreso en el conocimiento mediante un proceso de investigación mantenido en el tiempo. Desde 1979 se ha venido desarrollando una investigación continuada de campo y de gabinete que ha significado un gran avance en el conocimiento sobre este yacimiento en particular y sobre el mundo vacceo en general, que no tiene equivalente en todo el extenso territorio vacceo. Investigar para proteger y difundir el conocimiento generado: esa es la base de la actuación, expresada en más de un centenar de publicaciones de libros, capítulos de libros y artículos de revista y en la creación de un sello editorial propio: Vaccea Editorial (Anuario, Monografías y La Otra Mirada), todas ellas en open-acces en nuestra página web www.pintiavaccea.es.
- Neutralización de usos indebidos (clandestinos buscatesoros y cultivos). La riqueza de este cementerio lo había convertido en un foco permanente de atracción de furtivos buscatesoros; paralelamente la acción de los arados sobre el sustrato, arrancando del subsuelo más de medio millar de grandes estelas pétreas, complementaba esta tarea destructiva. En la actualidad, creemos que las acciones furtivas son inexistentes en esta parte del yacimiento. Cuando las acciones de arada concluyan sobre este espacio de memoria, en la tercera de las parcelas todavía cultivada, creemos que dicha neutralización será completa. -
- Denuncia de los daños y degradaciones sufridas. Inicialmente se transmitieron todas las acciones degradantes observadas en la Zona Arqueológica Pintia al Servicio Territorial 7 de Cultura y a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Ante su pasividad y frente a la escalada constatada en el deterioro de la misma, acudimos a otras instancias tales como el Procurador del Común de Castilla y León, las Cortes de Castilla y León, Guardia Civil-Seprona, Fiscalía General del Estado, Real Academia de la Historia, etc. En 2010 se creó la Plataforma ciudadana pro-Pintia, con el lema “Ni una arada más en la necrópolis de Las Ruedas”, recabando apoyos de instituciones y personalidades para procurar la preservación de este BIC. A través de la prensa también se denunciaron las diversas acciones degradantes.
- Firma de más de doscientos convenios de colaboración con diversas entidades públicas y privadas para la promoción de los valores de la Zona Arqueológica Pintia.
- Materialización de un legado patrimonial antes no evidente, mediante la reivindicación del uso cementerial de este espacio frente al agrícola. Así, se ha transformado parcialmente (en dos de las tres parcelas donde se ha podido actuar) la percepción de un espacio agrícola por otro patrimonial.
De carácter concreto:
- Recuperación de las estelas funerarias: el cementerio de Las Ruedas fue arado por vez primera con tracción mecánica a partir de la concentración parcelaria de Padilla de Duero, que tuvo lugar en 1984. Ello determinó que desde ese año hasta 2008 (recuérdese que desde 1987 se incoa expediente de declaración de BIC) la acción reiterada del arado sacó a la superficie medio millar de estelas calizas funerarias que eran trasladadas a una escombrera situada a unos quinientos metros del cementerio. Antes de que pudieran perderse bajo otros materiales desechados, en 1995 procedimos a su recuperación y alineamiento en la linde del pinar de Las Pozas con la necrópolis, con motivo del Simposio Internacional de Estelas Funerarias celebrado en Soria, al que presentamos un estudio de estos elementos.
- Creación de un itinerario en el cementerio: a partir de 2003 se colocan enhiestas dichas estelas y se elabora el arranque de un recorrido, incrementado en puntos sucesivos a medida que se iban produciendo avances en la investigación y se consideraba posible y didáctico la creación de dichos elementos sobre el terreno: así la recreación de las tumbas 127a, 127b y 128 más su bustum en 2011 (correspondientes a tres mujeres, dos adultas y una niña de 6 años que murieron de manera sincrónica); el paleocauce en 2012, etc. (véase también el enlace https://www.youtube.com/watch?v=z6FOCrnU3Vo sobre dicho itinerario a vista de pájaro).
- Restitución paisaje de ribera en arroyo Pajares: la adquisición a título personal de la parcela 50 del pol. 502 de Padilla de Duero por quien esto suscribe, cuyo límite oriental linda con el arroyo de Pajares a lo largo de cuatrocientos metros de longitud, ha permitido realizar, con la Confederación Hidrográfica del Duero, un proyecto de replantación de los márgenes de aquel e integrar al cementerio de Las Ruedas dentro del recorrido de la Senda del Duero. Asimismo, en la terraza de inundación de esta parcela, entre el arroyo y el inicio del espacio arqueológico, se ha procedido a plantar más de mil árboles y arbustos, con la participación de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA). Finalmente, es en esta zona donde se han creado los espacios para cementerio de incineración civil (Sertorio) y de mascotas (Cierva blanca) actuales.
- Programa de sensibilización ciudadana: Programa Doceo, visitas guiadas, jornadas de puertas abiertas, ciclos de conferencias y cine arqueológico, arqueología en familia, jornadas de voluntariado, participación en actividades deportivas, recreaciones históricas, teatro, conciertos, etc. desarrollados en el propio cementerio o en las instalaciones del CEVFW de Padilla de Duero. Edición la revista Vaccea Anuario con distribución gratuita al campus universitario de Valladolid, bibliotecas, Centros Cívicos, salas de espera de consultas de médicos odontólogos y abogados, etc.
- Espacio accesible las 24 h del día: la mejor forma de garantizar la conservación de un patrimonio es el aprecio ciudadano, por ello frente a las verjas y los espacios cerrados, la actuación en Las Ruedas ha considerado como valor añadido su carácter abierto y 8 gratuito. Pese a lo que pudiera pensarse a priori no se han producido actos de barbarie significativos.
Nuevos usos, gestión y mantenimiento. Aspectos innovadores de la intervención
1) En dos de las tres parcelas que integran la necrópolis de Las Ruedas la intervención desarrollada ha permitido nuevos usos que antes no eran posibles. Nos referiremos a ellos por este orden: visitas guiadas, recuperación parcial de los usos de un cementerio, espacio de reflexión, recreo y aprendizaje.
Las visitas guiadas, realizadas por el equipo de arqueólogos vinculados directamente al yacimiento, constituyen uno de los puntos fuertes del proyecto. Se trata de visitas concertadas para grupos mínimos de cinco personas. En el desarrollo de estas se transmite conocimiento, pero también experiencias vividas en esta Zona Arqueológica Pintia e información sobre el Proyecto patrimonial y sus objetivos. Dicha visita bascula entre el espacio rehabilitado de la necrópolis de Las Ruedas y también sobre la exposición de materiales en estudio que se ofrece en la propia sede del Centro de Estudios Vacceos, en Padilla de Duero. Por norma general la mayoría de nuestros visitantes se muestran impactados con el proyecto desarrollado y con la riqueza de los materiales.
Una segunda cuestión relevante para lograr el respeto a este espacio cementerial proviene de la consideración de su propia naturaleza: un cementerio es un espacio de memoria para los vivos. Y en este sentido qué mejor manera de poner en valor este bien patrimonial que permitir que dicha memoria sea posible también para gentes contemporáneas. Así hemos habilitado dos tipos de espacios: un área de cenotafios con placas conmemorativas de gentes desaparecidas pero que mantenían algún tipo de vínculo con Pintia y otra zona para acoger las cenizas de algunas personas y/o sus mascotas que desearon que sus restos mortales descansaran en este cementerio.
En cualquier caso, se trata de un espacio cementerial y, por tanto, una zona apropiada para la reflexión existencial, en el que se ha procurado interferir lo menos posible, de manera que los puntos de visita están formados por madera, piedras, hierro oxidado y paneles cerámicos de información, materiales que no resultan ajenos a la propia naturaleza del enclave.
2) La gestión y el mantenimiento se desarrollan desde el CEVFW de la UVa y la Asociación Cultural Pintia, que cuenta con instalaciones en la propia Padilla de Duero, con recursos de maquinaria y equipamiento para poder realizar ambos cometidos. La página web habilitada al efecto www.pintiavaccea.es sirve para gestionar las visitas guiadas, además de proporcionar abundante información sobre los voluntariados, programas formativos, desarrollo de la campaña de excavación y ofrecer de manera gratuita más de un centenar de publicaciones sobre el mundo vacceo, en su mayor parte referidos a Pintia.
3) Entre los aspectos innovadores de la intervención, resaltaremos por este orden:
- La recuperación de un espacio funerario arqueológico, algo poco habitual en el panorama patrimonial, como ya hemos señalado previamente.
- La creación de un espacio de Memorial vacceo: la construcción de un columbario que aloja los restos óseos de los difuntos vacceos y romanos por nosotros exhumados (los arqueólogos no dejamos de ser, al fin y al cabo, profanadores de tumbas, aunque con un buen fin), tiene como objetivo mantener la última voluntad de los finados de ser acogidos por la tierra de la necrópolis de Las Ruedas y constituir referencia de aquellos que nos transmitieron su legado cultural. Se da la circunstancia de que tal columbario se halla a los pies de un mirador desde el que puede verse también el actual cementerio de Padilla de Duero. La ubicación de una escultura en hierro del artista vallisoletano “Pipe”, con cruz y trisquel, se erige en verdadera bisagra entre las dos tradiciones, cristiana y céltica, que comparten en el 1 de noviembre una común tradición de culto a los antepasados en la celebración de Todos los Santos o el Samain celta.
- La indisoluble imbricación de generación de conocimiento, conservación y difusión. Conocemos demasiados ejemplos donde el investigador arqueólogo tiene como objetivo único 9 su investigación. En nuestro caso hemos entendido esta tarea de manera integral, la piedra angular ha sido y es la creación de conocimiento a través de una investigación continuada, pero sin obviar la conservación y promoción de este bien cultural, procurando el aprecio ciudadano con la organización de todo tipo de iniciativas docentes y divulgativas.
- En este sentido, además de los Cursos internacionales teórico-prácticos de arqueología en Pintia, dirigidos preferentemente a alumnos universitarios, hemos implementado otros dirigidos a niños, El Programa Doceo. Aprendiendo arqueología en Pintia, creemos que constituye un gran valor en esta tarea de sensibilización sobre el patrimonio arqueológico, sin esconder el hecho de la mortalidad humana, mostrándose como un programa de gran éxito y aceptación, tanto por profesores como por alumnos, por el que ya han pasado más de tres mil niños de toda la comunidad de Castilla y León e incluso de la de Madrid. Y también en el ámbito familiar, Arqueología en familia, un fin de semana entre los arqueólogos, conviviendo, trabajando en el campo y en el taller, compartiendo la mesa a la hora de comer, etc. creemos que ha sido una forma atractiva y original de acercar nuestra metodología de recuperación del patrimonio arqueológico.