Panteón de la familia Pardo (1917)

El panteón de Adolfo Pardo se destaca como una de las construcciones arquitectónicas más relevantes del cementerio. La estructura se erige sobre un elevado podio al que se accede mediante seis escalones de piedra de Escobedo. La obra fue construida por Diego Casanueva, quien gestionó ante la administración municipal la solicitud del permiso de edificación. El diseño del proyecto fue obra de Javier G. Riancho (1881-1953, t. 1905), quien más adelante ocuparía el cargo de arquitecto municipal. El panteón adopta un estilo neorrománico bizantino, una corriente historicista que, en el cementerio de Ciriego, tiene en esta construcción su única construcción.

La decoración de los capiteles es abundante, destacando los mosaicos dorados y los motivos vegetales, como las formas bulbosas de la amapola- símbolo del sueño eterno- o los racimos de uvas, que evocan el vino, representación de la Eucaristía y de la sangre derramada por Cristo. En la parte frontal del pórtico puede leerse la palabra Pax, mientras que en los laterales se encuentra el crismón, el monograma de Cristo. La vubierta del edificio está conformada por bóvedas de medio punto, y en la intersección de la crucería se levanta una cúpula central decorada en su interior con pintura al fresco (240x150 cm) y revestida exteriormente con mosaicos de vivos colores.

La decoración de mosaicos se atribuye a Octavio Bianqui (1882-1936), según Aurelio riacho, debido a que fue el encargado de realizar un arcosolio de características similares que Riancho le encomendó para adornar la tumba de su hija en el cementerio de Renedo de Piélagos. En esta obra, se otorga especial relevancia a las zonas de acceso y al altar, donde se encuentra los motivos más elaborados y figurativos, mientras que los laterales o elementos estructurales se reservan para composiciones ornamentales de carácter principalmente geométrico. De este modo, se establece una jerarquía espacial que otorga preminencia a determinadas áreas, al tiempo que se busca una unidad compositiva en el conjunto. Además, en los laterales se disponen relieves de sarcófagos con decoración vegetal, religiosa y animalística. 

El autor de los frescos, Gerardo de Alvear (1887-1964), aprovecha el espacio cupular del panteón para componer una representación de la bóveda celeste. Esta está pintada de color azul y en ella aparecen cuatro ángeles orantes de pie, cada uno con una disposición distinta. Visten túnicas de colores rojo, morado, verde y naranja, y unen sus manos en oración por las almas de los difuntos.

En 2018, pasó a formar parte del Patrimonio Municipal del Ayuntamiento de Santander y se presentó el Plan de actuación para la conservación de varios elementos de interés artístico del Panteón Pardo, firmado por la Empresa Tres A. Restauración.

En 2020, la empresa Corten realiza la primera intervención relativa al exterior del Panteón. Estos trabajos se realizaron en el exterior del panteón para poner fin a las filtraciones de agua y, de ese modo, preservar el posible deterioro de os mosaicos y pinturas al fresco del interior. Este proceso pudo realizarse gracias al firme compromiso del Consejo de Administracion de la Sociedad Cementerio-Jardín de Cantabria, S.A., en su labor de proteger, restaurar, consolidar y poner en valor el patrimonio que alberga nuestro cementerio de Ciriego.

En la actualidad, se van a iniciar los trabajos para la recuperación de cuarterones, arcos de bóveda y pinturas murales por la Fundación Santa María de Toraya.

Autores: Javier González Riancho (arquitecto) Gerardo Alvear (pintor) Octavio Bianqui (atribución autor mosaicos) Diego Casanueva (constructor)

Dimensiones: 776x528x814 cm