Se propone, para esta categoría, el sarcófago de Vicente Blasco Ibáñez.
Este conjunto escultórico fue realizado por el escultor valenciano Mariano Benlliure en 1935. Acabó su obra en tan solo dos meses y debía presidir el monumento funerario dedicado a Vicente Blasco Ibáñez que, en 1933, el Ayuntamiento de València encargó para acoger el cuerpo del escritor en el Cementerio General.
Vicente Blasco Ibáñez, escritor, periodista y político, nacido en Valencia en 1867. Autor muy prolífico de estilo realista-naturalista. Sus novelas, con descripciones vivas y realistas de la vida en su València natal como “La Barraca”, “Cañas y barro”, “Sangre y arena”, entre otras muchas, gozaron de gran éxito. Su obra tuvo una gran proyección internacional, siendo uno de los personajes mas importantes e ilustres de València.
Tres años después de la muerte de Vicente Blasco Ibáñez, en Menton (Francia) el 28 de enero de 1928, instaurada la Segunda República, se formó un comité para trasladar sus restos y cumplir con el deseo del escritor de reposar a orillas del Mediterráneo.
“Quiero descansar en el más modesto cementerio valenciano, junto al Mare Nostrum que llenó de ideal mi espíritu. Quiero que mi cuerpo se confunda con la tierra de València, que es el amor de todos mis amores”.
Con la conformidad del gobierno de la nación, el ayuntamiento de la ciudad encabezó las iniciativas planteadas para trasladar sus restos mortales y honrar la memoria de uno de los valencianos más universales.
Seguramente, València vivió uno de los episodios más multitudinarios de su historia el 29 de octubre de 1933, pues se congregaron más de 300.000 personas, con una comitiva oficial de 15.000 prohombres liderada por el presidente Alcalá Zamora, para recibir y acompañar el féretro con los restos mortales de Blasco Ibáñez. Desde que desembarcó en el puerto, a bordo del acorazado Jaime I, se le rindieron honores de Jefe de Estado. Se le trasladó hasta la Lonja, donde quedó expuesto durante varios días, para ser enterrado posteriormente en el Cementerio General.
Ese mismo año, el Consistorio municipal encargó al arquitecto municipal Javier Goerlich el diseño de un monumento funerario en el Cementerio General que incluiría un sarcófago diseñado por el escultor Mariano Benlliure.
El proyecto original constaba de un jardín valenciano, en el centro del cual se situaba la cripta y un mausoleo parcialmente semienterrado, iluminado por una gran claraboya, a través de la cual se podría contemplar el sarcófago desde arriba, bajo un haz de luz cenital, pero no se pudo culminar por el inicio de la guerra civil y posterior dictadura en 1939.
El Sarcófago
Sobre un pedestal de mármol de Carrara, descansa un cenotafio de bronce diseñado con una finalidad simbólica y que se ajustaba a las exigencias de su ubicación original. Como el acceso al mausoleo se iba a realizar por la planta superior y, por tanto, la primera visión del sarcófago sería desde arriba, Benlliure modeló en la cara superior la figura yacente de Blasco Ibáñez envuelta en un sudario, con la cabeza apoyada en un cojín y rodeada de ramas de laurel.
En las caras laterales, visibles al descender a la planta inferior excavada en el terreno, modeló en bajorrelieve una secuencia con los personajes de sus novelas más célebres, con sus títulos en una banda que recorre su base.
En la cara posterior representó la esfera terrestre flanqueada por dos cornucopias, dos cabezas de águila y ramas de laurel, con las inscripciones ya transcritas, y sobre ella, iluminándola, el disco solar con una cabeza alada, que podría identificarse con el mítico Prometeo, que había dado nombre a la editorial fundada por el escritor. Por último, en la cara frontal, que coincide con los pies del difunto, modeló el escudo de la ciudad de València acompañado de las figuras alegóricas de las Artes y las Letras.
Las esquinas del pedestal de mármol se rematan con dos bustos de personajes populares, un hombre y una mujer vestidos con la indumentaria típica de la huerta valenciana, cuyos productos componen las guirnaldas de latón que circundan todo el perímetro.
El sarcófago, actualmente se encuentra en un espacio de gran relevancia, presidiendo el vestíbulo del Cementerio General, una vez trasladados desde el Museo de Bellas Artes de València, el mes de abril de 2021 (Resolución de la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes de la Generalitat Valenciana, de fecha 26 de Enero de 2021).