En plena campiña madrileña, a las afueras de una ciudad Patrimonio de la Humanidad como es Alcalá de Henares, se encuentra el Cementerio Jardín: un lugar único donde la serenidad del paisaje y la memoria de quienes partieron se funden en armonía. Con esta candidatura, nos presentamos a la IX edición del Concurso de Cementerios, en la categoría de “mejor cementerio”, con el propósito de reivindicar este espacio no solo como un recinto funerario, sino como un verdadero refugio de vida, cultura, arte, sostenibilidad y memoria.
Inaugurado en 1992, el Cementerio Jardín se postula como una alternativa moderna al concepto tradicional de camposanto. Su trazado paisajístico, que se extiende a lo largo de 35 hectáreas, está pensado para ofrecer consuelo desde la belleza de la naturaleza. Zonas verdes cuidadosamente diseñadas, lagos tranquilos, una amplia variedad de especies vegetales y rincones simbólicos conforman un entorno donde el duelo se transforma en contemplación y recuerdo sereno.
El Cementerio Jardín es, sobre todo, un lugar de memoria colectiva. En cada uno de sus espacios vive una historia personal, una familia, un legado. Es un recinto donde se construye un relato social desde el respeto y la inclusión, adaptado a los nuevos valores de la ciudadanía: sostenibilidad, personalización, espiritualidad libre y conexión emocional.
Con esta candidatura, queremos desdramatizar el concepto de la muerte y contribuir a una necesaria transformación cultural. Porque los cementerios no son solo lugares de pérdida, sino también de reencuentro, de homenaje, de conciencia histórica y de compromiso con las generaciones futuras. El Cementerio Jardín de Alcalá de Henares se presenta como candidato a la categoría de Mejor Cementerio, reivindicando su condición de espacio funerario innovador que honra el recuerdo desde la belleza natural, el respeto a la memoria colectiva y un firme compromiso con la comunidad.
Frente a la rigidez y la solemnidad de los cementerios clásicos, este proyecto paisajístico rompe moldes, ofreciendo un entorno amable, abierto y lleno de luz, donde el silencio convive con el canto de los pájaros y el murmullo del agua.
A lo largo de sus caminos se despliegan zonas ajardinadas, espacios conmemorativos y lugares de recogimiento adaptados a diferentes creencias, culturas y formas de entender el duelo. Es un cementerio del siglo XXI: abierto a la diversidad, respetuoso con las emociones y comprometido con la dignidad de cada persona.
Este cementerio se alinea con un modelo de patrimonio vivo, donde cada espacio está pensado para acompañar a las familias, respetar la pluralidad de creencias, y preservar la dignidad y el legado de cada ser humano. Además, garantiza una atención funeraria integral, con instalaciones modernas, funcionales y acogedoras.
Cuenta con un tanatorio con siete salas, capilla multiconfesional, crematorio y zona de atención permanente las 24 horas, así como con servicios de floristería, cafetería y aparcamiento gratuito. La calidad del servicio es una de sus señas de identidad, con un equipo humano preparado para acompañar, consolar y facilitar el proceso del duelo en cada una de sus etapas.
El Cementerio Jardín preserva, en cada uno de sus rincones, el legado de las personas que lo habitan. La memoria, en este espacio, no es estática: florece con cada estación, se renueva con cada visita, se transforma en paisaje compartido. Por ello, creemos firmemente que este recinto funerario representa una propuesta ejemplar para repensar el modo en que nuestra sociedad honra a quienes ya no están.