domingo, 25 de mayo de 2025
Enalta
Revista Adiós

Ciriego

Santander

“Museo al aire libre”
 
El cementerio de Ciriego,  fundado a finales del último tercio del XIX, se sitúa entre aquellos cementerios españoles de segunda generación que desarrollan un espacio delimitado para construir nuevas sepulturas. Antes de 1820 las inhumaciones en Santander se habían venido realizando en la propia ciudad, fundamentalmente en la Catedral y el convento de San Francisco (lugar que actualmente ocupa el Ayuntamiento).

El crecimiento de la población y las medidas higiénicas y sanitarias promovidas en la época de la Ilustración inducen a que en 1830, bajo el impulso del Obispo Menéndez de Luarca y el maestro de obras de José Alday, se inaugure la primera necrópolis civil santanderina, el cementerio de San Fernando (sito en la actual calle Alta) que es utilizado hasta 1920, conviviendo así durante un tiempo con el cementerio de Ciriego.
Casimiro Pérez de la Riva, que desde 1879 ocupa el cargo de arquitecto municipal de Santander, es el encargado de elaborar las nuevas trazas de lo que será el Cementerio Municipal de Santander para sustituir al cementerio de San Fernando. En consecuencia Ciriego alberga algunos panteones que son fruto de los traslados de la antigua necrópolis, hecho que supone una peculiaridad de este cementerio respecto a otros de la época y , a su vez, permite que se alimente de construcciones del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Hoy día cuando visitamos el recinto de Ciriego, que ocupa una superficie de 18 hectáreas, nos encontramos con una producción artística ecléctica que crea un conjunto histórico único, como únicos son muchos de sus monumentos funerarios.

En 1883 Pérez de la Riva describió la necrópolis contemporánea de la siguiente manera: "El cementerio es uno de los monumentos arquitectónicos que impresionan mas profundamente y se gravan mas en la memoria: el camposanto no ha de despertar pavores, pues la muerte no debe aterrar al creyente, que la considera como un sueño pasajero. La tumba es el objeto y el paraje debe prepararse á recibirla en su recinto, viniendo á ser en su conjunto como un precioso muséo de monumentos históricos y artísticos, que forman por si mismos una severa decoración imponente, y llenos de recuerdos para las familias".


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