jueves, 25 de abril de 2024
Enalta
Revista Adiós

Manuel Ángel Hidalgo Menéndez


Jefe de sección de Cultura del Ayuntamiento de Avilés (Asturias).
 

| El cementerio avilesino de la Carriona: un espacio de arte y un lugar de memoria

20 de febrero de 2017

Texto de la conferencia impartida el pasado 16 de febrero de 2017 en el Centro Asturiano de Madrid. Manuel Ángel Hidalgo Menéndez es el jefe de sección de Cultura del Ayuntamiento de Avilés (Asturias).


Enterramiento de los Marqueses de San Juan de Nieva.

Los cementerios son muchas veces los mayores museos al aire libre de las ciudades. Y el de Avilés, la tercera población asturiana con 80.000 habitantes y la villa más antigua de la costa cantábrica, sin duda responde a esta calificación.
En 1890, una época de prosperidad en una historia casi milenaria, Avilés construye el Cementerio Municipal de La Carriona. Siguiendo las técnicas de la época, centradas en la mejora de las condiciones sanitarias de la población, se levanta en un lugar alejado entonces del casco urbano, alto, soleado y ventoso.
El autor del proyecto es el arquitecto municipal de la época: Ricardo Marcos y Bausá. Diseña un cementerio de planta mediterránea, distribuido en calles perfectamente jerarquizadas y que tiene a la capilla como "plaza mayor" de todo ese conjunto. Marcos y Bausá, tras su paso por Avilés, se asentó en Madrid, en donde fue colaborador de Arturo Soria en el desarrollo de la Ciudad Líneal. Es el proyectista de varios edificios en el barrio de Chamberí, del Parque de Diversiones que hubo en lo que ahora es el punte de la CEA en la autopista de Barajas y de la actual sede de la Junta Municipal de Distrito de Hortaleza (Villa Rosa). Además fue todo un visionario de la formación profesional: su "Manual del Albañil" (1879) sirvió de documento formador de generaciones de profesionales de la construcción cuando en estos sectores el aprendizaje era totalmente práctico.
En el cementerio de La Carriona diseña  una auténtica  "ciudad de los muertos", con todos los servicios necesarios (Viviendas de capellán y conserje, osario, crematorio, abastecimiento de agua, cementerio civil, capilla, espacios para párvulos y comunidades religiosas, etc.). Todo ello con una decoración sencilla pero simbólica representada por relojes de arena alados y coronas de amapolas, señales inequívocas de la unión entre la muerte y la resurrección o el triunfo que con el fallecimiento nos conduce a una vida mejor. Lejos quedaron los tenebrismos de visiones anteriores de estas cuestiones.
Su construcción fue orgullo de los avilesinos. El desarrollo portuario había generado una importante época de bonanza económica y la llegada de los capitales conseguidos por los emigrantes que hicieron fortuna sobre todo en Cuba tuvo una importante repercusión en la ciudad. Así se construyen grandes casas para estos "indianos" que, además, desarrollan acciones que hoy llamaríamos solidarias, para el conjunto de la ciudadanía (Construcción de escuelas, lavaderos, etc.), destacando en Avilés la puesta en marcha del Teatro Palacio Valdés, entre otros ejemplos. El origen humilde de muchos de ellos, trata de reflejarse en un tercer apartado: la construcción de grandes monumentos funerarios que perpetúen su memoria.
Se contratan los mejores arquitectos y escultores del momento. De entre todos ellos, aparte del propio Marcos y Bausá, que realizó a titulo particular varios panteones, Cipriano Folgueras, Manuel del Busto o Tomás Acha Zulaica. Los espacios centrales privilegian las ubicaciones de las clases más adineradas y el hipogeo se erige como la construcción más características de La Carriona, con su cripta subterránea destinada a enterramiento, su cuerpo rectangular muchas veces de claras reminiscencias historicistas y su pináculo de considerable altura con numerosos elementos simbólicos (Tromperas, relojes, flores, angeles, figuras religiosas, etc.)
Cipriano Folgueras (Oviedo 1862-Madrid 1911) es uno de los más destacados escultores asturianos. Autor de obras tan conocidas como el monumento a Valdés Salas, que se encuentra en el patio del edificio histórico de la Universidad de Oviedo, las desaparecidas cariátides del exterior del ovetense Teatro Campoamor, el panteón de Ramón de Campoamor, en el cementerio madrileño de San Justo o el de la familia Maseveu en el de El Salvador (Oviedo). Incluso llegó a ser seleccionado para el monumento que se erigió en el parque de El Retiro para honrar a Alfonso XII. La temprana muerte del artista truncó esta actuación en la que participaron los mejores esculturales españoles de la época, encabezados por Mariano Benlliure.
En el caso de La Carriona erige el enterramiento de los Marqueses de San Juan de Nieva. Un ángel de colosales dimensiones, trompetero como símbolo de la llamada al juicio final, parece, señalando al cielo, arrancar camino de él desde el catafalco que envuelto en un sudario de complicadísima elaboración cubre casi todo el espacio. Un trabajo espectacular de un crucifijo que se intuye debajo del sudario, coronas de rosas, el escudo nobiliario de la familia Maqua o las garras de león, son otros de los atributos de la que fue considerado "Mejor Escultura" de los Cementerios Españoles en el año 2015 en el concurso convocado por la prestigiosa revista "Adiós Cultural". Y no hay que dejar de olvidar que en esa misma convocatoria año el cementerio de La Carriona fue designado "Tercer mejor cementerio de España".
Por su parte Manuel del Busto (San Rosendo-Cuba, 1874-Gijón 1948), arquitecto nacido en Cuba, pero de origen asturiano, fue uno de las grandes figuras de esta actividad, no solo en Asturias, donde construyó numerosas obras, sino en su Cuba natal, en donde fue el autor de la antigua sede del Centro Asturiano de La Habana. En Avilés realiza varios panteones, además del Teatro Palacio Valdés y varios edficios. Destacan el de la familia de Bonifacio Heres, con todo un arcosolio gótico imitando a los antiguos enterramientos en el interior de las iglesias y el muy distinto de la familia García-Morán de claras reminiscencias marinas.
El arquitecto Tomás Acha Zulaica (Bilbao-1876-Salinas 1970) es el autor de un destacado panteón, inspirado en el secesionismo vienés, dedicado a la familia Orbón. En él reposan los restos de Julián Orbón, mundialmente conocido por ser el adaptador de la letra de la canción "Guantamera".
Entre 1890 y 1920 es el gran momento de esplendor de este cementerio. De entre las obras posteriores hay que citar que a la finalización de la Guerra Civil se construye el panteón de Armando Palacio Valdés, escritor muy vinculado a Avilés. Su autor, elegido por concurso, es Jacinto Higueras, escultor jienense (Santisteban del Puerto, 1877-Madrid, 1954). Representa a Demetria, una mujer vestida de asturiana y protagonista de "La aldea perdida" una de sus novelas más conocidas.
La puesta en marcha en 2012 del Centro de Interpretación del Cementerio de La Carriona (Ciclac) ha supuesto un revulsivo para la difusión de este patrimonio. Desde el mismo se trata, a través de dos rutas, "espacio de arte" y "lugar de memoria" no solo de dar a conocer el valor artístico, sino también la historia de Avilés, contextualizando la construcción y desarrollo del cementerio como parte de la propia memoria de la ciudad y dando también a conocer a avilesinos y avilesinas que se encuentran enterrados en modestos panteones, pero que han realizado actividades relevantes para la sociedad. A modo de mero ejemplo es el caso de escritores asturianos, como Ana de Valle o Marcos del Torniello o deportistas como el recientemente fallecido Yago Lamela, subcampeón mundial de salto de longitud.
Una labor que evidentemente tiene ya sus frutos en el reconocimiento no solo local, sino también nacional de un camposanto orgullo de sus ciudadanos.
El cementerio de La Carriona forma parte de la Red Europea de Cementerios Significativos, único asturiano y junto con los más importantes camposantos españoles y europeos.
 
Texto de la conferencia impartida el pasado 16 de febrero de 2017 en el Centro Asturiano de Madrid. Manuel Ángel Hidalgo Menéndez es el jefe de sección de Cultura del Ayuntamiento de Avilés (Asturias).