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Revista Adiós

Jesús Pozo


Director de Adiós Cultural.

VIVENCIAS | Tanatorio “Happy Park”

23 de febrero de 2020

Tanatorio “Happy Park”

Ayer apareció publicado en la prensa de Barcelona este titular: “Desfilan de negro en la rúa en contra de instalación de un tanatorio en Sants”.
El ‘desfile’ se basó en la convicción contemporánea de que, una vez muerto, pasas a ser otra cosa que además puede traumatizar a los niños del barrio; también de que hará caer la cotización de los pisos cercanos, que ya no querrá nadie si hay necesidad de venderlos o alquilarlos.
La ironía del destino ha querido que la última protesta se haya producido en un popular barrio céntrico de Barcelona en el que van a instalar un tanatorio en donde antes había un centro de ocio infantil “Happy Park”.
No me digan que no tiene guasa la cosa.
Estoy seguro de que el más preocupado estos días en Sants, más aún que los vecinos enlutados y enfadados, es el propietario del local que ve peligrar un alquiler eternamente seguro.
La noticia es así de escueta: “El 'Happy Park' fue el primer parque de bolas e hinchables que se instaló en Barcelona; cerró hace unas semanas después de no poder hacer frente al aumento del alquiler que le reclamaba el propietario del local, donde una empresa funeraria ya ha solicitado el permiso para instalar un tanatorio con cuatro salas de velatorio”.
La intrahistoria es también escueta: los teléfonos móviles y las tabletas ya tienen suficientes aplicaciones para que los niños no tengan que jugar con otros niños. El negocio no da para más alquiler. La muerte aumenta en nuestro país año a año. Mueren cada año más vivos por cuestiones puramente demográficas. Y como nadie quiere tener al muerto en casa, hay que montar más tanatorios. Como el personal camina poco, y no le gusta mucho salir de casa para jugar con otros adultos, hay que acercar los tanatorios a los barrios.
Por la operación transitiva la cosa está clara: al propietario del local le interesa más la seguridad de la muerte de los vecinos que la volatilidad de los juegos de los niños que, además, van a dejar de ser niños.
Es el mercado, amigo. Con la muerte hemos dado ‘Santso’.
El problema con la muerte es que da tanto miedo que hay que esconderla todo lo que se pueda. Como si no existiera; o como si apestara.
En Sants, como en tantos otros lugares, prefieren manifestarse y unirse para que no se instale en su barrio. Habría que preguntarles si también se manifestaron para impedir las casas de apuestas que tienen en el entorno muy cercano; y que tanta muerte en vida dejan entre adolescentes y adultos que acaban transmutando en zombis.
Según la noticia, los vecinos lo tienen claro: “Han constituido la plataforma ‘Stop Tanatori’ para oponerse a la instalación de este equipamiento, que promueve la funeraria San Ricardo SL porque consideran que su ubicación, entre las calles Puiggarí y Comtes de Bell-lloc, es completamente inadecuada y comportaría un impacto negativo”.
El impacto negativo, además, es aumentativo: “Impacto social, emocional y arquitectónico, dicen los vecinos, que alegan que el tanatorio estaría junto a una zona escolar y que tendría un gran impacto medioambiental por la gran asistencia de personas con vehículos privados que comportaría, además de las comitivas fúnebres que saldrían hacia los cementerios”, sigue la noticia.
Seguro que las casas de apuestas cercanas, los gimnasios, la estación de tren, las decenas de hoteles o cualquier otro negocio que acumula mucha más gente diariamente que un velatorio, es medioambientalmente mucho más asumible.
La traca final de este despropósito es el desprecio a la historia de tu barrio y de tus gentes: “A nadie le gusta pasar y ver, a diez metros de su ventana, cada día del año y de forma continuada, a personas de duelo y vehículos funerarios en comitiva”, añade el manifiesto que han elaborado los vecinos.
No sé cómo al propietario del local no se le ha ocurrido que habría más paz social en el barrio si, en vez de alquilarlo para cuatro salas de velatorio, lo hubiera ocupado con cuatro casas de apuestas más.
Una última sugerencia para el gerente de Funeraria San Ricardo. Por favor, póngale al negocio “Tanatorio Happy Park”.