25 de enero de 2019
La tristeza debería observarse como un sentimiento positivo, necesario.
Obra: Aprender a hablar con las plantas
Autora: María Orriols
Editorial: Lumen
Edición: 2018
No esconde la escritora Marta Orriols que cuando empezó su novela “Aprende a hablar con las plantas” vivía dentro de un paréntesis con los días llenos de dolor y desconcierto por la pérdida de su marido en un accidente. Y llegó a pensar que no podía reflexionar sobre nada más que no fuera la muerte. Opina que “se trata de una cuestión antipática, aunque es lo más seguro que tenemos todos” y, a la vez, “es como una llave que va abriendo diferentes puertas y provoca que surjan temas o que se arreglen cosas con la familia, con los amigos”.
La novela está protagonizada por Paula, una mujer de carácter fuerte, muy volcada en su trabajo como neonatóloga pero que, de golpe, se ve sola tras fallecer su compañero Mauro.
Marta Orriols explica que lo que se cuenta en el libro no es su historia, y que su intención era “indagar en los sentimientos que afloran en un momento de pérdida, cuando igualmente debes seguir hacia adelante”. Paula está a punto de caer, pero la muerte de su compañero para ella es una oportunidad para redescubrirse, después de llevar una vida que le iba bien, muy volcada en su profesión, enamorada de su pareja y sin pesar mucho en todo lo que tenía.
La novela le sirve a Marta Orriols, por otro lado, para mostrar que cuando la muerte afecta a una persona joven -aquí los protagonistas están en el inicio de la cuarentena- la sociedad empieza a pedir a los afectados que reinicien sus vidas, que conozcan a nuevas personas”.
En una entrevista que la autora mantuvo con la agencia Efe explicó así la situación: “Cuando hay una pérdida, lo que no se entiende respecto a quien la ha sufrido es que esta tristeza es casi la última atadura que queda con la persona que se ha ido. Esta tristeza, al principio hace mucho daño, pero cuando eres capaz de evolucionar, es un lugar en el que te encuentras bien, es reconfortante, la necesitas y molesta mucho que los demás te digan que ya está bien de llorar. La tristeza debería observarse como un sentimiento positivo, necesario. No es nada malo pasar por este duelo”.
Escrito por Pilar Estopiñan