Título: Tu tan cáncer y yo tan virgo
Autor: Begoña Oro y Alberto J. Schuhmacher
Editorial: Montena
Edición: 2018
+14 años
Mientras la madre y el abuelo de Marta están luchando contra un cáncer, Pablo vive una situación familiar complicada, al tiempo que el último día de vacaciones en el pueblo, antes de volver a Madrid, empieza a salir con una chica... que vive en Barcelona. Aparentemente, estos dos adolescentes no parecen tener mucho en común. Y precisamente por eso, su primer contacto no augura una relación, digamos, muy cordial. Pero una serie de circunstancias les avocarán a mantener el contacto y, poco a poco, a conocerse mejor.
Narrado a través de las voces de los dos personajes de manera alterna, esta novela nos habla de sentimientos intensos, de crecer en las adversidades, de la importancia del apoyo y el cuidado en la familia y en las amistades, de la sinceridad en la comunicación... Por lo que respecta a nuestro tema, todo esto se trata a través de la historia de Marta, de cómo su familia gestiona las enfermedades del abuelo y de la madre y de cómo ella, desde sus emociones y punto de vista adolescentes, convive con la muerte de sus seres queridos acechando.
La novela se plantea como un camino de crecimiento, de evolución, donde la enfermedad sorprende, se niega, se lucha, se llora y, finalmente, se acoge y nos enseña de la vida. Es muy interesante cómo los autores nos muestran, desde las diferentes experiencias vitales de los personajes (un anciano, una mujer adulta y una adolescente) distintas maneras de afrontar la muerte propia o de un ser querido.
La narración se aleja del dramatismo, no así de la emotividad, a través del humor, de la propia vida de los personajes y de las informaciones y aclaraciones sobre la enfermedad que se intercalan en la historia en la voz del médico de la madre.
Un relato que divierte y emociona, que nos muestra que la vida es hacer juegos malabares con objetos delicados. Algunos, bellos; otros, dolorosos, intensos o simples... Todos dejan huella, todos manchan, todos construyen. Todos son vida.
Escrito por Javier Fonseca