19 de junio de 2019
Nuestra cultura y nuestra lengua, herederas del latín, nos han dejado no solo costumbres y formas de ver la vida, sino expresiones que se siguen pronunciando o escribiendo sin ninguna alteración, en el mismo latín en que se pronunciaban hace dos mil años. Una de esas locuciones es “rigor mortis”.
Uno de los signos de muerte que hasta los más profanos en la materia puede detectar a simple vista es el “rigor mortis” o “rigidez de la muerte”. Se produce por una alteración química en los músculos que, a su vez, provoca un estado de rigidez (en latín, “rigor”) que deja las extremidades inflexibles y lleva a que mover o manipular el cadáver se complique. El “rigor mortis” suele aparecer tres o cuatro horas después de la muerte clínica cuando la temperatura ambiente es normal, y su efecto se completa cuando se han cumplido, más o menos, unas doce horas.
Pero hasta el mismísimo “rigor mortis” muere y pierde la rigidez, valga la redundancia. Cuando los músculos entran en descomposición, el cuerpo vuelve a ser flexible por un proceso que se acelera gracias al ácido residual de la obtención del trifosfato de adenosina (ATP); asunto este que requeriría una explicación muy científica y que tiene que ver con la energía que producen las células.
El “rigor mortis” brinda una información muy valiosa sobre el momento de la muerte, puesto que al estudiar los síntomas y el momento en el que se encuentra la rigidez, es posible acercarse con mucha exactitud a la fecha y la hora del fallecimiento. En la investigación de un crimen, esta información es crucial.
Gracias al análisis del “rigor mortis” que presenta un cadáver es posible también establecer un primer diagnóstico sobre la forma de muerte y conocer la última postura que adoptó la persona en el momento de morir.
El rigor se clasifica generalmente como leve, temprano, moderado y completo; aunque este orden pueda parecer parece subjetivo, lo cierto es que la percepción de rigidez en una articulación corresponde al nivel leve; la dificultad para mover una articulación es indicador del nivel moderado; y cuando se tiene que usar gran fuerza para moverlo estamos ante un nivel completo.
”Rigor mortis”, por no dejar de decirlo, también es el título de una película de terror dirigida por Juno Mak y estrenada en 2013, que puede resultar demasiado gore para algunos estómagos, pero que recibió en el Hong Kong Film Award el premio a los Mejores Efectos Visuales.