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Revista Adiós

Juan Garaizabal convierte en la Bienal de Venecia un jardín en el “cenotafio” común de los pintores Fortuny y Modigliani y el poeta Pound

Publicado: martes, 04 de junio de 2013



Reivindicar y recuperar "historias de grandeza" transcurridas en un jardín veneciano es el sentido de "Memorias en el jardín", una composición escultórica al aire libre que el artista Juan Garaizabal presenta hoy y que se enmarca dentro de la 55 edición de la Bienal de Venecia.
Garaizabal (Madrid, 1971) muestra su obra en la que continúa trabajando sobre la ausencia, sobre lo que fue y ya no es, esta vez en un jardín veneciano que ha sido camposanto, primer jardín botánico de Europa y templo cristiano, y en el que se desarrollan una serie de historias que el artista ha plasmado en esta obra.
"Quiero recuperar las líneas del cementerio de San Trovaso, con diez lápidas y ocho nichos inspiradas en lo más próximo que pervive ahora, el cementerio de San Nicolo en el Lido, en los que he tratado la historia posterior de Ezra Pound, Mariano Fortuny y Amadeo Modigliani", especificó el autor.
Y es que este jardín veneciano, propiedad hoy de la artista austríaca Lisselotte Höhs, parece servir de común denominador de las vidas de estos tres genios que, en algunos momentos de sus vidas, tal y como recuerda Garaizabal, "rozaron la locura".
Es el caso del pintor español Mariano Fortuny (1838-1874), a quien Garaizabal considera "el Leonardo Da vinci español", vinculado a este jardín veneciano propiedad de unos primos suyos a mediados del siglo XIX y cuyas obras fueron rescatadas por la propia Höhs, o Amadeo Modigliani (1884-1920), el artista italiano que situó su estudio durante un año en la casa de este jardín.
También "el poeta maldito americano" Ezra Pound (1885-1972), quien por su amistad con la artista austríaca y propietaria del jardín, vivió una época de su vida en este jardín.
"He recuperado frases de estos tres genios que reflejan un espíritu muy similar al de los valores del pasado y a los de su vida, que rozó en muchas ocasiones la locura", explicó a Efe Garaizabal.
Nichos y lápidas dibujadas en el aire con varillas de acero soldadas y curvadas y alumbradas con lámparas "led" de manera que dibuja con ellas formas inacabadas, como bocetos de unas lápidas que poblaron este jardín en el pasado y que traen de ese mismo pasado los mensajes de estos tres insignes moradores.
Tres historias de tres hombres contrarios, en cierta medida, al convencionalismo que entendió que, tal y como mantiene Garaizabal, "la civilización es la lucha del individuo contra la masa".
Esta es una idea que se plasma en una de las frases presentes en la obra y que pertenece al italiano Amedeo Modigliano: "Tu único deber es salvar tus sueños", algo que permite que la vida se convierta en una aventura.
Garaizabal conjuga, en definitiva, algo tan vivo como un jardín con algo tan muerto como un cementerio y lo hace porque el jardín fue, en efecto, cementerio y porque para el autor "es bello recuperar el pasado".
Pero también lo hace, tal y como confesó a Efe, para "aportar un punto de vista bello sobre el horror de la muerte" y como crítica a la "abominable estética funeraria, con esos coches inmaculados con grandes ventanas y con esas lápidas brillantes".